«Formación técnica y sensibilidad humana»
Pablo Campos Calvo-Sotelo, catedrático Universidad CEU San Pablo y Académico Real Academia de Doctores de España, explica la importancia de los valores y la integración en las carreras técnicas
La verdadera formación universitaria debe cimentarse en la dimensión humana. Una verdad incuestionable. Con independencia de que nuestros alumnos sean mañana arquitectos, abogados, médicos o empresarios, es esencial hoy transmitirles valores . Unos valores que, trascendiendo el adiestramiento técnico, formen profesionales éticamente comprometidos con su sociedad. Pero, ¿cómo alcanzar el éxito en semejante reto?
Afortunadamente, contamos con múltiples respuestas: el ideario de la institución educativa, el ejemplo personal que dan los profesores o las estrategias de innovación docente. Estas últimas son claves en el progreso universitario.
En el CEU hemos puesto en práctica una dinámica verdaderamente singular: la inclusión en las aulas de Arquitectura de personas con discapacidad intelectual o visual. Desde hace 4 años, los alumnos de Composición Arquitectónica trabajan al unísono con voluntarios externos, bajo una intensa relación de empatía. Formando equipos mixtos, se ponen en el lugar de estas personas (cuyas limitaciones físicas se ven sobrepasadas con su extraordinaria vitalidad), para comprender cómo perciben los espacios quienes no pueden experimentarlos como nosotros.
Entender al prójimo se convierte así en un camino que conduce hacia una visión más sensible y rica de los entornos que un día concebirán los futuros arquitectos. Y se produce un resultado tan académicamente eficaz como humanamente mágico: los estudiantes adquieren habilidades de diseño más sólidas.
¿Cómo puede explicarse tan exitoso resultado?: porque aprenden a sentir más. La enseñanza que nos dejan estos años de aprendizaje, sentimiento y emoción resulta trascendente , y es extrapolable a cualquier titulación: puede alcanzarse la formación técnica a través de la sensibilidad humana.
