«Que nos dejen vivir»: el grito irónico pero desesperado de una madre a los maestros que se ha vuelto viral

En tiempos de confinamiento, los españoles están recurriendo al humor para afrontar los impedimentos con los que se cruzan en el día a día, la mayoría debidos a problemas informáticos

S. F.

La crítica situación que vive España, confinada desde hace semanas, está dejando memes para el recuerdo. Los españoles están recurriendo al humor para poder hacer frente a situaciones que, en el fondo, pueden resultar incluso dramáticas.

Es el caso de aquellas familias que, con los padres trabajando, tienen además que cuidar de sus hijos, muchas veces poco familiarizados con las plataformas que les han proporcionado desde los colegios e institutos y que poco conocían antes. En esta ocasión se han vuelto virales unos audios de un grupo de madres en el que comentan de manera irónica lo estresante de esta nueva situación que están viviendo. Han sido bautizadas incluso como « las madres del ampa », en referencia a la serie española.

Las madres hacen referencia a la aplicación Pasen, que utilizan algunos centros como los de Andalucía, que al parecer, es poco intuitiva y necesita un código para poder acceder a ella. «Si no me sé el pin de mi tarjeta , ¿queréis dejarme ya de códigos? », dice una de las madres, que tiene 3 hijos en casa. «Venga a llegarme notificaciones de los maestros, si no sé ni abrirlos. Madre mía que amargura».

¡Madres desesperadas! 🤣🤣🤣🤣 RaStreator 🤦🏻‍♀️

Publicado por Anais Díaz Osorio en Lunes, 23 de marzo de 2020

El nivel de estrés es tal que, en tono irónico otra llega a reclamar «que si no hay escuela, no haya escuela , si tienen que echar el año que viene el curso de nuevo, que lo echen , pero que nos dejen vivir». Cuando afirma «dejar el cachondeo», la madre cuenta que el primer día «que empezaron con los códigos» sufrió un ataque de ansiedad, incrementado además por la gran cantidad de mensajes de los grupos de WhatsApp del resto de madres: «Los tuve bloqueados 48 horas porque estaba histérica, pensando que todos los niños iban a hacerlo todo menos los míos», explica.

Además, su estrés se ve agravado porque, según cuenta, además de trabajar ambos progenitores, su suegro está «haciendo kilómetros por el pasillo, de un lado a otra de la casa, que parece rastreator» y los niños, mientras «pidiendo los códigos».

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