Martirio, 75 años: «Siento que nos vamos reteniendo de hacer cosas. Estamos más limitados»
Esta mujer no entiende que mucha gente crea que todos los mayores son iguales y no tengan nada que hacer
«¿Pero quiénes son esos que dicen que todos los mayores somos iguales y que ya no tenemos nada que hacer?». Martirio Jiménez, de 75 años no entiende a los que piensa así. Es más, le indigna. « Deben ser personas apáticas, sin proyecto de vida, sin ilusión , jóvenes que creen que siempre van a serlo y no serán mayores y, por eso pretenden, aparcar a la población mayor. No tiene sentido».
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En su opinión, la educación de la juventud es fundamental para cambiar este enfoque que tiene sobre la última etapa de la vida. «Es necesario fomentar valores que se van perdiendo y que son imprescindibles. Se consigue hablando sobre la vida y sobre cómo se avanza y se cumplen años. Hay que concienciar mucho de ello y dotar a las personas mayores del prestigio que se han ganado por ir cumpliendo todas sus etapas vitales». Y matiza que se debe hacer desde todos los ámbitos: educativo, social, familiar, sanitario... «Porque, por ejemplo, desde el punto de vista empresarial, en cuanto una persona se jubila ya no se la considera igual, se la percibe como menos útil en todos los sentidos, se le aparta. Pero, ¿por qué? Eso no puede ser así. Es una persona con gran experiencia, aprendizaje, vivencias... Deberían tener el mismo valor ».
«Ahora todo está paralizado, cerrado»
Para aquellos que piensan que los mayores no tienen nada que hacer, Martirio les quiere hacer saber que el coronavirus y el confinamiento también le han truncado a ella su proyecto de vida, «y lo peor de todo: nos ha quitado ilusión». Recuerda que antes de la pandemia ella entraba y salía de casa con frecuencia. «Acudía a un montón de programas de mi centro de mayores de la Caixa tanto de yoga como de lectura que me encantaban porque hacíamos debates muy interesantes. A estas tertulias iba dos días a la semana junto a 40 personas más. Ahora todo está paralizado, cerrado. Lo echo mucho de menos y no sabemos si se retomará la actividad y, si se hace, será una vez por semana y solo con quince asistentes. Una verdadera pena. Yo creo que a estas alturas de la vida nos hemos ganado poder dedicarnos a hacer lo que de verdad nos gusta, pero no es posible».
También lamenta no quedar con sus amigas como antes a tomar un café y tener largas charlas y risas donde se contaban muchas cosas, se desahogaban y desconectaban de las labores domésticas. « El Covid-19 nos ha quitado un montón de proyectos de vida . En la actualidad, cada vez nos da más reparo salir a hacer ciertas actividades y sobre todo a viajar por miedo a contagiarnos. Poco a poco siento que nos vamos reteniendo de hacer cosas. Estamos más limitados».
