niños obedientes

«Hay que poner normas a los niños para que aprendan a enfrentarse a la realidad»

Rocío Ramos-Paúl, directora del programa Supernanny, asegura que un niño feliz es el que se siente seguro, querido y valorado

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Rocío Ramos-Paúl, directora del programa Supernanny, ha impartido recientemente una charla en el Liceo Europeo enfocada a analizar cuándo están bien instauradas las normas y cómo influyen en los comportamientos de los niños sin olvidar que el objetivo es que los niños sean felices. ¿Y qué significa que un niño sea feliz? «Un niño feliz es el que se siente seguro, querido y valorado», explicó. «Eso lo conseguimos poniendo hábitos y rutinas; limites y normas para que se sientan protegidos».

También hizo hincapié en la necesidad de imponer una serie de normas desde el principio. «Si no establecemos normas, no les ayudamos a enfrentarse a la realidad». Gracias a la educación en normas y en valores, «el niño aprenderá qué puede y qué no puede hacer y conseguiremos que se conviertan en adultos responsables y flexibles».

Este proceso, además, «debe desarrollarse en un clima familiar y de cariño, indispensable para el desarrollo del niño».

La psicóloga destacó que en muchas ocasiones los propios padres detectan una falta de atención en los niños, «es una demanda muy común entre los padres el que los hijos no hagan caso a la primera. Los padres no tienen grandes dificultades a la hora de definir qué normas rigen la convivencia familiar, el conflicto se plantea cuando los hijos no las cumplen».

Al hilo de este tema, la psicóloga destacó que existen dos mundos claramente diferenciados para los niños: la familia y el colegio. Pero en ambos, «la ideología educativa debe ser la misma», con el objetivo de que los más pequeños identifiquen cuáles son sus límites y de qué forma deben comportarse.

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