El aire acondicionado puede causar problemas con la voz en verano
El aire acondicionado puede causar problemas con la voz en verano

Así se combate una afonía causada por el (dichoso) aire acondicionado

La excesiva climatización del autobús, el coche, el centro comercial o de tu trabajo traen consigo problemas de garganta que no están asociados al invierno

MADRID Actualizado: Guardar
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Los problemas en la garganta y la voz no entienden de estaciones. No están asociadas, como la gente suele pensar, únicamente al invierno. Imagínese alguna de las recientes olas de calor que hemos sufrido en España. Anda usted tranquilamente por la calle y las temperaturas son tan altas que solo piensa en entrar a en cualquier sitio con el aire acondicionado a tope. Véase el autobús, un centro comercial o tu mismo trabajo. Y, cuando se quiere dar cuenta, ya es demasiado tarde.

Los cambios de temperatura que experimentamos en verano, asociados principalmente a los aires acondicionados, son un peligro para nuestras voces y hacen que aumentan los casos de disfonías (afectación de la voz) y afonías (pérdida total de la voz).

La razón es que el aire frío que emiten reseca el cuello y la garganta. Los expertos aseguran que uno de los peores es el del coche, por la sencilla razón de que se encuentra muy cerca de nosotros, y aconsejan que lo tengamos siempre por encima de 22 grados. Pero no se olvidan del trabajo (por ser uno de los lugares donde más horas pasamos) o la propia casa, donde mucha gente suele irse a la cama sin olvidarse de quitarlo por la noche. Este último ejemplo es especialmente dañino porque se reseca la laringe durante unas horas en las que no hemos hidratado la garganta ni una sola vez.

Si el mal ya está hecho y te has levantado por la mañana sin voz o sales del trabajo con una disfonía o una afonía inesperada, de nada servirá ya que te cubras con un jersey o un pañuelo. Una costumbre que, por otro lado, los médicos aconsejan que no se convierta en un hábito, pues acostumbras a la garganta a estar protegida y el día que no lo haces las consecuencias son peores.

Nada de susurrar

En ese caso, uno de los primeros remedios que aconsejan los médicos y foniatras es descansar la voz y evitar los lugares con demasiado ruido que te obliguen a hablar alto. Hay que subrayar en este sentido que hablar bajo no es lo mismo que susurrar. Nunca hay que hacerlo, porque es peor para las cuerdas vocales que mantener conversaciones tranquilas. De la misma forma que deber intentar no carraspear, toser o respirar por la boca.

Es muy importante, también, mantener la garganta hidratada. Trata de beber unos dos litros de agua al día. Si tu cuerpo está hidratado, las mucosas se suavizan, se reduce la molesta sensación de sequedad y las cuerdas vocales se recuperan antes. Si fuera necesario, podrías, incluso, recurrir a un humidificador.

También debes evitar el alcohol, el tabaco las comidas picantes y las bebidas muy frías o muy calientes, con el objetivo de que no irrites aun más tu garganta. Durante los días que te alejas de todos estos agentes agresivos, puedes recurrir a los típicos antiinflamatorios —como el ibuprofeno de 400 gramos— o pastillas con efectos antisépticos y anestésicos, las cuales ayudan a reducir la irritación y recuperar la voz.

No deber rechazar los remedios naturales, combinados con los otros consejos. Puedes, por ejemplo, echar mano del remedio que más utilizaban nuestras abuelas: la leche con miel. Pero no es el único. También son buenas las raíces de jengibre (si soportas su sabor a cuerno quemado), el erísimo (también conocida como «la hierba de los cantores») o el zumo de limón (preferiblemente servido con agua caliente a modo de infusión). Por supuesto, mantener al sistema inmunológico en plena forma a través de una dieta sana es un remedio infalible contra la afonía o cualquier enfermedad.

Por supuesto, si los síntomas se alargan demasiado a pesar de todos estos remedios, lo mejor es que acudas a tu médico para que revise las causas de tu afonía.

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