El traje de baño deportivo

De Roma a Osborne House, de Annette Kellerman a Speedo

Bañador deportivo ABC
María Luísa Funes

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La historia de la natación y los trajes de baño es amplia y comienza hace varios milenios. Las prendas de baño han evolucionado, cambiando con las distintas culturas y eras. Si en la Antigua Roma se bañaban desnudos o bien en ropa interior, en el Renacimiento el baño estaba mal visto, como si fuese un acto de dudosa moralidad. El baño no se consideró normal y saludable hasta que la Reina Victoria de Inglaterra empezó a nadar en la playa de la Isla de Wight, junto a su palacete de vacaciones, Osborne House.

De los «refajos» de entonces hasta las modernizadas de ahora, uno de los mayores avances fue utilizar novedosos tejidos técnicos desarrollados a mediados del siglo XX que hicieron posibles los trajes de baño adaptados al cuerpo, elásticos, cómodos, de fácil secado y con un corte que propiciaba la velocidad en el agua. Los primeros modelos deportivos se desarrollaron para las Olimpiadas de 1912 , inspirados en las creaciones que había utilizado la modelo y atleta australiana Annette Kellerman en su visita a los Estados Unidos, cuando actúo en con su show acuático, un precursor de la natación sincronizada.

Fue Kellerman la que diseñó y vendió los primeros trajes de baño deportivos con su propio nombre. Se convirtieron en un clásico hacia 1920. El «Telescopic Watersuit» en algodón elástico rompió barreras en los años 40 y desde entonces, las marcas Speedo y O’Neill lideraron la oferta en un sector que actualmente es amplio y variado.

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