Taburete: «Seguimos saliendo y emborrachándonos, pero ahora sin pasarnos»

En el estreno de su tercer disco, Willy Bárcenas y Antón Carreño hablan con ABC sobre cómo asimilan su éxito

Antón Carreño y Willy Bárcenas, esta semana, en la plaza de toros de Las Ventas EDU DE SAN BERNARDO
Angie Calero

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En «Caminito a Motel», uno de los primeros temas de Guillermo «Willy» Bárcenas y Antón Carreño que más ha sonado en las salas de fiestas desde 2016, los chicos de Taburete cantaban: «La insensatez, dadme de beber». En cuestión de tres años, Willy y Antón están en otro momento vital, lo que la RAE tiene como tercera acepción -«buen juicio o prudencia, sensatez»-, para definir la «madurez». Este tiempo ha sido frenético para ellos. Han pasado de cantar en tiendas de ropa, donde no cabían más de 20 personas , a llenar el WiZink Center -antiguo Palacio de los Deportes- con 15.000 y realizar una gira con Hombres G por todo el país. Reconocen que jamás han levitado, que no han perdido el norte y que siguen siendo los mismos: un grupo de amigos con ganas de divertirse.

ABC se reunía con ellos esta semana en la madrileña plaza de toros de Las Ventas, donde el pasado jueves 6.000 personas acudieron a verles interpretar tres canciones de su tercer disco, «Madame Ayahuasca». Allí sus seguidores compraron las entradas de los conciertos que ofrecerán esta semana en Madrid. «En este disco damos un paso adelante. Contamos cosas interesantes y nuevas. Nos hemos expandido más allá del universo del alcoholismo. Ahora nos hemos puesto, quizá, un poco más trascendentales y melancólicos», explica Willy.

«Jamás hemos tenido un lío con una fan que fuera menor», cuenta Antón

En el bar Turkana -donde dieron su primer concierto, en la madrileña calle Segovia- continúa la fiesta, pero ahora la viven con la tranquilidad de quienes se han tomado su tiempo para producir un disco. «Han sido siete meses. Nunca habíamos dedicado tanto tiempo a un álbum. El primero (‘‘Tres tequilas’’) y el segundo (‘‘Dr. Charas’’) podrían haber sido uno solo, por temática y por la situación vital en la que estábamos. Con el segundo pecamos de prisas, parecía que las canciones estuvieran hechas corriendo», afirma Willy.

Como cuando uno vive deprisa y descubre antes de tiempo lo que quiere, Antón asegura que con «Dr. Charas» estaban muy verdes. Ahora tienen las ideas claras y son conscientes de que «es la primera vez que se espera algo de Taburete» tras su éxito inicial . Un triunfo que disfrutan «brindando por inercia», pero no con una «joda» cada noche. « Seguimos saliendo y emborrachándonos y haciendo de todo . Pero sabemos cuándo no hay que pasarse, si al día siguiente tenemos algo importante», dice Willy. Se han profesionalizado y, también, se han enamorado: «Estamos muy contentos, nuestras novias están muy orgullosas de nosotros». Han sentado la cabeza. « Tampoco puedes salir todas las noches que hay concierto y las otras 120 noches del año».

Otro momento vital

¿Y cómo gestionan el entusiasmo de las fans tras un concierto, más aún si las chicas son menores de edad? «Sabemos medir bien eso. Nunca hemos tenido un lío con una fan que resultaba ser menor de edad», cuenta Antón. Willy dice que «es difícil marcar las distancias»: « No nos ven como a una estrella del rock a la que es imposible acercarse . Somos tan accesibles, que a veces te tratan como si fueras su amigo». Aún así, «Taburete tampoco es un grupo de niños -comenta Antón-. Tenemos fans adolescentes, pero a los conciertos vienen mayores de 18 años».

El pasado mes de mayo fue fatídico para Willy. Vivió un «momento muy duro» al ver cómo su padre, Luis Bárcenas, extesorero del PP, era condenado a 33 años de cárcel por blanqueo de capitales. «De los fans he recibido mucho apoyo. Pero no un apoyo político, sino personal: de un hijo que tiene a su padre en la cárcel », explica. Al día siguiente de conocer la sentencia, Taburete ofreció un concierto en Asturias. «Lo que no puedo hacer es que algo malo tire todo lo bueno. Nunca voy a dejar que mi situación familiar interfiera en un concierto».

En cuanto a su relación con la ayahuasca -hierba con efectos alucinógenos que crece en el Amazonas y que desde antiguo se emplea en rituales- confiesan que ellos también han «viajado» guiados por chamanes. « El domingo hicimos un viaje todos . No queremos que nuestro disco se convierta en una apología de las drogas, pero es que la ayahuasca no es una droga», apostilla Willy. Defiende -«y esto es algo que la gente tiene que entender», insiste- que esta planta «es una medicina que ayuda a la gente».

«Nunca dejaré que mi situación familiar interfiera en un concierto», cuenta Willy

Siempre han realizado estos «viajes» con un chamán, «con la música y ambientación adecuadas»; la última vez, había un miembro de su equipo que es médico. «Esto es importante que la gente lo sepa, para que a nadie le dé por probar la ayahuasca solo en casa . Es algo que hay que hacer con un experto que pueda guiarte por el camino correcto, porque si te pierdes, ya no te encuentras», advierte Willy. «Y tienes que escoger un momento en el que estés tranquilo contigo mismo, no un día que estás depresivo», recalca Antón. De aquí el título del disco: «Un homenaje a este nuevo viaje que empieza».

¿Cambiarían algo de todo lo que les ha pasado? « El hecho de que la gente tuviera prejuicios sobre nosotros », asegura Antón. Y sentencia Willy: « Empezamos a dar entrevistas muy pronto , tendríamos que habernos esperado a tener algo más que enseñar».

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