El nacimiento de Ivana Trump, la 'otra' primera dama que pudo arruinar a Donald Trump

Ivana Zelnickova se convirtió en la mujer del empresario hace 41 años en una boda íntima de la que apenas hay datos, en contraste con el polémico y publicitado divorcio de la pareja

Ivana Trump en Saint Tropez GTRES

E. Bárcena

«Don't get mad, get everything». Era el año 2001 y la presencia de Ivana Trump en la película 'El club de las primeras esposas' resumía a la perfección su última década. En 1992, Ivana Zelnickova protagonizaba con su marido, Donald Trump , un divorcio muy jugoso para la prensa. Para la del corazón y para la económica, ya que la empresaria pudo dejar en la ruina a su marido ante su empeño para llevarse la mitad de la fortuna ganada durante su matrimonio. Pero empecemos por el principio.

Año 1976, Nueva York. Donald Trump está tomando unas copas en Maxwell's Plum , uno de esos locales donde se mezclan banqueros, empresarios y modelos. Una de ellas es Ivana, una joven de 27 años nacida en Checoslovaquia. Días más tarde, el empresario se lleva a Ivana a esquiar, convencido de que ella era tan novata como él en eso de la nieve. Ivana le humilló en cada pista .

Su dominio con los esquís fue su primer pasaporte para dejar Checoslovaquia. Seleccionada suplente para los Juegos Olímpicos de 1972 en Munich , Ivana decidió en territorio alemán casarse con su amigo de la infancia George Syrovatka, ciudadano canadiense, para poder abandonar su país. Tras su boda se mudaron a Montreal, donde Ivana comenzó a trabajar como modelo.

Ivana y Donald Trump

No pasó ni un año desde que Ivana derrotó al ego de Donald Trump hasta que consiguió el divorcio de su primer marido y se convertía en la señora Trump. Apenas hay datos de su boda: se sabe que se casaron el 7 de marzo de 1977 en la iglesia Marble Collegiate de Nuva York y que antes de estampar su firma en el acta nupcial, Ivana tuvo su primer encontronazo con su futuro marido ante su negativa de firmar un contrato prematrimonial.

«No tenemos documentos así en Checoslovaquia», respondió resuelta Ivana ante los papeles presentados por el empresario. Terminó dando su brazo a torcer y firmó unas condiciones que le garantizaban 20.000 dólares por cada año de matrimonio. Además, se rumoreaba que pagaría a su esposa 250.000 dólares en metálico por cada hijo que tuvieran. Por otro lado, el documento permitía a Ivana quedarse con todas sus joyas en caso de divorcio. «Por eso nunca le compré nada decente», contaría Trump a sus amigos, según «Newsweek».

La esposa empresaria

No son pocas las similitudes entre Ivana Trump y la tercera mujer de su exmarido, Melania Trump . Para Ivana comparten hasta cargo, ya que en una reciente entrevista televisiva se describió como «la primera Trump, la primera dama». Pero ella se diferencia de Melania en algo fundamental: no fue una mujer florero , sino la principal socia empresarial de Donald Trump.

Junto a Ivana, el hoy presidente de los Estados Unidos compró el complejo de Mar-a-Lago -donde contraería matrimonio con Melania- y adquirió la Torre Trump . Con ella y sus tres hijos -Donald Jr., Eric e Ivanka- se mudó al lujoso triplex en el que luego viviría con sus otras dos esposas. «En 50 años, Donald y yo seremos como los Vanderbilts» , dijo en una ocasión Ivana, según un reportaje publicado por la versión estadounidense de la revista «Vanity Fair» en septiembre de 1990.

Con cada vez más poder dentro de la empresa, Ivana fue designada gerente del casino Trump Castle, en Atlantic City. Entonces, la pareja contrató a dos niñeras y a un guardaespaldas para sus tres hijos. Su trabajo en el casino obligaba a Ivana a estar entre dos y tres días a la semana en Atlantic City, donde su afán por llevar el 'glamour' a todas partes la llevó a retirar a una camarera embarazada de la planta principal para llevársela a un hall apartado, donde le dio un disfraz de payaso para disimular su tripa.

Junto a Donald Trump en el año 2014 GTRES

En la Nochebuena de 1987, algo cambió en el matrimonio. Donald Trump le entregó a Ivana una nueva carpeta llena de documentos: su nuevo contrato prenupcial. «Te daré 10 millones de dólares. Firma» , le exigió el empresario, desesperado por convencer a su mujer. Ya entonces, Trump estaba siendo extorsionado por un fotógrafo que había conseguido unas fotografías suyas junto a Marla Maples , con quien mantenía un «affaire».

Pero las cosas siguieron complicándose entre Donald e Ivana. Ella había fijado su residencia en Atlantic City ante las exigencias del casino y él necesitaba sacarla de allí como fuera. La compra del hotel Plaza fue la mejor excusa. Trump convirtió a Ivana en gerente del establecimiento por «un dólar y tantos vestidos como pueda comprarse».

«Mamá, ¿dejaré de ser Ivanka Trump?»

Para entonces, Marla Maples estaba instalada en una de las suites de Donald Trump en Atlantic City. Un encontronazo entre ella e Ivana Trump en Aspen, en las mismas pistas de esquí donde la checoslovaca humilló a su futuro marido, terminó por ser la gota que colmó el vaso.

El divorcio se anunció en 1990. «Cuando un hombre deja a una mujer por otra, la mitad de la gente adorará a la esposa abandonada.», lamentó Trump, según sus amigos más íntimos. Ivana contrató a la vez a su abogado y a un relaciones públicas. Y mostró sus cartas: no quería las condiciones del contrato prenupcial. Quería la mitad de todo .

La batalla fue descarnada. Trump se mudó a un apartamento en la misma Torre Trump mientras su esposa y sus tres hijos se quedaban en el triplex. «Los niños están devastados. Ivanka viene del colegio llorando cada día. "Mamá, ¿dejáre de ser Ivanka Trump?" me preguntó un día», lloraba Ivana en televisión.

La mansión de los Trump está ahora a la venta por 36 millones de dólares GTRES

El fallecimiento del padre de Ivana Trump supuso el punto y final a su enfrentamiento. Ambos acudieron al funeral, donde pactaron continuar el divorcio de forma amigable. El acuerdo alcanzado daba a Ivana 25 millones en efectivo, la mansión familiar de 14 millones de Connecticut (hoy en venta por 36 millones), 5 millones anuales de pensión alimenticia y el 49% del complejo de Mar-a-Lago. Y, por supuesto, todas sus joyas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación