La mujer de Josep María Mainat contesta por primera vez a la prensa

Con un plato de cruasanes en la mano y con una peluca nueva, Ángela Dobrowolski ha salido de la casa y se ha pronunciado, aunque sus primeras palabras nada tienen que ver con el presunto intento de asesinato

Ángela Dobrowolski este jueves MEDIASET

ABC

Con una peluca blanca, gafas de sol oscuras y con un plato de cruasanes en la mano que ha ofrecido a los reporteros que se encuentran día y noche a las puertas de la casa de Barcelona de Josep María Mainat, Ángela Dobrowolski ha decidido dar la cara después de que saliese a la luz que supuestamente intentase acabar con la vida de su marido hace tres meses inyectándole insulina.

Aunque ha pronunciado sus primeras palabras tras el escándalo, no se esperaba que tuvieran que ver con los cruasanes que llevaba en la mano: «¿Por qué hablar si se puede comer?». Es extraño que después de todo lo que se ha dicho y de las acusaciones que pesan sobre ella, haya decidido salir con un plato de comida a la calle y tomarse la situación con tanto humor, como se ha podido ver en el programa «Ya es mediodía». « Ha sido surrealista », ha comentado uno de los reporteros que estaban en la puerta de la casa de Josep María Mainat.

Este lunes, Ángela Dobrowolski ya protagonizó una pintoresca y teatral aparición cuando salió de su domicilio ataviada con una peluca negra, gafas de sol y mascarilla oscura para evitar ser captada por los medios, aunque en esa ocasión no medió palabra. Se fue sin ningún tipo de equipaje y, tras meterse en un taxi y alejarse de la vivienda, volvió a reaparecer y a entrar en su interior unos minutos más tarde.

El interior de este domicilio se ha convertido en epicentro de todo tipo de teorías conspiranoicas. Según desvelaron en «El Programa de Ana Rosa», la vivienda de Mainat se encontraba publicada en una web en la que se alquilaban sus habitaciones para «encuentros íntimos ». «Tengo habitaciones en una casa muy moderna, garaje gratuito en el mismo edificio, todas las habitaciones tienen baños privados, sweet jacuzzi, jardín, piscina, salón compartido, terraza, cocina», reza el anuncio que reprodujo el citado espacio de televisión y en el que, aseguran, el teléfono de contacto es el de la propia mujer del productor.

Lo que empezó siendo una crónica de sucesos se ha convertido en un auténtico culebrón con ingredientes más propios de un guion de una película que de una historia real. Al supuesto intento de asesinato se le ha sumado un escort italiano viviendo en la casa del productor junto a otras personas más, una denuncia por supuestos malos tratos, una casa convertida presuntamente en prostíbulo... Con esta extraña aparición, una vez más la realidad ha superado la ficción.

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