La célebre y auténtica vía más «british» de Londres
La célebre y auténtica vía más «british» de Londres - ABC
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Jermyn Street, la calle más «british»

La clásica meca de las camisas de caballero es la vía con mayor porcentaje de tiendas británicas

Madrid Actualizado: Guardar
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Tiene su lógica: la calle más «british» del mundo está en Londres. Es Jermyn Street, elegante y discreta, que corre paralela a la afamada y ancha Picadilly. Se trata de una vía de un solo carril y dirección única, de medio kilómetro, próxima a los últimos clubes de caballeros y a Clarence House, la residencia del perpetuo aspirante a la Corona, el Príncipe Carlos. El encanto de Jermyn son sus tiendas, clásicas y selectas, volcadas en complacer al gentleman atemporal, sobre todo en lo que hace a las camisas, su especialidad.

Colliers Internacional, una multinacional inmobiliaria estadounidense con 16.000 empleados en 67 países, se ha tomado la molestia de investigar cuál es la calle con más tiendas británicas.

Ha ganado de largo Jermyn, con el 88% de sus establecimientos de raigambre local. La siguen el tramo Este de Oxford Street, con un 62% de establecimientos de marcas británicas, Picadilly (60%) y King’s Road, la arteria comercial de Chelsea, con un 57%.

Zapatos negros de cordones, 4.300 euros
Zapatos negros de cordones, 4.300 euros - ABC

En Jermyn Street el tejido Príncipe de Gales siempre es moda, como los inefables abrigos de cuello bicolor, o esas americanas de pata de gallo en tonos chillones con las que al final solo parece atreverse ya Nigel Farage, paladín de las pintas y líder del partido eurófobo UKIP. La calle se levantó en 1664 y se le otorgó el nombre de un político y diplomático del siglo XVII, Henry Jermy, el primer Conde de St. Albans, quién trabajó a favor de la restauración de la monarquía después de que cayese –literalmente– la cabeza de Carlos I.

Uno de los escaparates de Jeremyn Street
Uno de los escaparates de Jeremyn Street - ABC

A pesar de que muchas tiendas se han remozado y de que por fortuna para el común de los mortales en algunas hay ofertas de cuatro camisas por cien libras, Jermyn conserva su solera, no en vano la vigila a perpetuidad la estatua dedicada al Beu Brummell, el epítome el dandismo. Allá sigue Turnbull & Asser, fundada a finales del siglo XIX y que fue el proveedor de camisas de Churchill. Otras se han en firmas multinacionales conocidas en todo el mundo, como Hackett, Thomas Pink, Alfred Dunhill o T.M. Lewin.

La calle, en la que vivió Isaac Newton, presume de la tienda de quesos más antigua todavía abierta, Paxton & Whittfield, de 1797, que hasta se permite el lujo de tener un portero en uniforme pseudomilitar dando la bienvenida a la selecta clientela. Hay perfumerías de aroma de leyenda, como Floris, con sus 280 años, y auténticas barberías de época, donde el corte de pelo podría definirse tras ver la receta también como tomadura de pelo. En el último paseo por allí observé intrigado durante un rato unos bonitos zapatos negros de cordones, por si acaso arrancaban a cantar o a bailar. Y es que costaban 3.250 libras. Es decir: 4.300 euros.

Si el dandy anda fuerte de presupuesto, tras pertrecharse de camisas puede cerrar la gira con una opípara comida en Wiltons, al final de la calle, donde tienen la rara virtud en Inglaterra de no atentar contra el pescado.

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