David Bowie e Iman en una imagen tomada en Londres, en 2002
David Bowie e Iman en una imagen tomada en Londres, en 2002 - Agencias

Iman rompe su silencio tras la muerte de Bowie

«Amor y gratitud» son las dos primeras palabras de la viuda de David Bowie tras la muerte del cantante británico

Nueva York Actualizado: Guardar
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Desde que murió David Bowie, el pasado 10 de enero, su música y su arte han hablado por él. No ha habido ruido de declaraciones de la familia, ni entrevistas polémicas con su círculo íntimo. El artista británico tuvo mucho tiempo -el año y medio que peleó con el cáncer- para diseñar un final en el que el protagonista no fuera el hombre, temporal, sino su obra, eterna. Publicó su último disco, «Blackstar», dos días antes de su fallecimiento, un álbum con referencias innegables a la muerte y se abstuvo de cualquier ceremonia, funeral u homenaje público.

Su familia ha sido fiel a la discreción que eligió Bowie. Iman Abdulmajid, su viuda, no ha sido una excepción.

Hasta hace cuatro días, casi un mes después del fallecimiento del cantante, no se le había visto salir de su casa de Manhattan, en la calle Lafayette. La ex supermodelo intentó regresar a la rutina en un corto paseo por las calles de Nueva York con su perro Max, un cachorro que, como Bowie, tiene un ojo de cada color. Iman lució sobria y espléndida, impasible como una escultura, con vaqueros, abrigo y bufanda de piel negros y unas gafas de sol enormes que tapaban buena parte de su cara.

Man se abstuvo, como ha hecho desde el 10 de enero, de hacer ninguna declaración. Pero este fin de semana se desquitó con un breve mensaje en las redes sociales, que parecía haber sido escrito mirando al cielo. «Amor y gratitud», publicó la ahora empresaria de cosméticos y de moda en sus cuentas de Instagram y Twitter el sábado. Y ayer acudió al mismo medio para ventilar la dificultad de asumir la pérdida de Bowie: «Reza lo más duro cuando rezar sea lo más duro».

No era la primera vez que Iman se volcaba en las redes sociales para mostrar sus sentimientos. En la víspera del fallecimiento de Bowie, escribió: «A veces no se sabe el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria». Y, al día siguiente, en el mismo día en que su marido murió, repitió en Twitter e Instagram: «El sufrimiento es real, como también lo es Dios». Fueron mensajes enigmáticos en ese momento, que adquirieron todo su significado cuando se conoció el fallecimiento y su motivo, un cáncer que Bowie consiguió mantener en secreto a casi todo el mundo.

Nacida en Mogadiscio (Somalia) hace 60 años, Iman conoció a Bowie en 1990. Ambos eran figuras en sus ámbitos. Ella era considerada la primera ‘supermodelo’ de color, uno de los grandes tótems de la pasarela. Yves Saint Laurent la había definido como «la mujer de sus sueños». Bowie venía de reinventarse una vez más en los años 80 con «Let’s Dance» y se había embarcado por primera vez en un grupo, Tin Machine, que anticiparía la música «grunge» antes de la llegada de Nirvana o Pearl Jam. «Estábamos poniendo nombres a nuestros hijos la misma noche que nos conocimos, fue algo inmediato», explicó después Bowie de su enamoramiento.

Se casaron dos años después y casi inmediatamente se trasladaron a Nueva York, donde compraron un apartamento. El mismo hogar donde Iman se despidió del cantante hace casi un mes, con una discreción extrema a la que se niega a renunciar.

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