Así es el rincón del Algarve que encandila a David Cameron

David Cameron vuelve a ser fiel a su pasión portuguesa, que el fado y la gastronomía le tienen fascinados. Por tercer año consecutivo, el primer ministro británico se decanta por el país vecino para sus vacaciones de verano: Aljezur en 2013, Cascais en 2014 y ahora regreso al Algarve.

La coqueta localidad de Alvor es el destino elegido en esta ocasión, a siete kilómetros de Portimao y con un perfil más sosegado que la bulliciosa Albufeira.

¿Cómo es la población que ha subyugado al inquilino de Downing Street y a su mujer, Samantha? Pues uno de los rincones del Algarve que mejor conjuga autenticidad y buenos servicios.

Su espectacular Playa de los Tres Hermanos le encanta a su esposa, pues su arena fina y su paisaje rocoso en los alrededores le confieren una atmósfera mágica.

Es larguísima, de forma que siempre resulta fácil hallar amplios espacios para disfrutar.

Si prefieren una playa más especial, seguro que se acercan a la de Spiaggia, en un ambiente de ensueño que invita, por ejemplo, a contemplar la puesta de sol. En cambio, la denominada Submarino presenta unos accesos más complicados y que incluso pueden entrañar algún riesgo.

Muchos ingleses, franceses y españoles pululan en estos meses por Alvor. Se les ve por la tarde subiendo y bajando la calle Ramos Mendes, repleta de tiendas y restaurantes con encanto. La Iglesia Mayor, que data del siglo XVI, permite deleitarse con su pórtico manuelino, el retablo tallado del XVIII y los maravillosos paneles de azulejos, tan arquetípicos de Portugal.

Y, por supuesto, no podía faltar en una villa marinera una escultura de grandes dimensiones en homenaje a la figura de los pescadores, que han marcado su devenir. Al parecer, a Cameron le atraen sobremanera estas historias con sabor popular.

Seis años después de la muerte de su hijo Iván, el líder conservador del Reino Unido se ha acercado al Algarve junto a sus tres hijos: Nancy (9 años), Arhur (7) y Florence (2).

Llegaron el sábado 8 de agosto al aeropuerto internacional de Faro, en un avión comercial. Y es que cuida mucho su imagen y no quiere que se le asocie con los dispendios de un jet privado.

Su apuesta lusa tiene que ver precisamente con esa circunstancia, pues representa un turismo de calidad, con excelentes prestaciones y precios asequibles para los bolsillos británicos. Éste es el mensaje que le interesa trasladar a sus paisanos al dejarse ver de nuevo en Portugal.