Mariló Montero
Mariló Montero - Isabel B Permuy

Mariló Montero blinda legalmente unas imágenes donde aparece en topless

Un juzgado de Madrid dicta medidas cautelares para que no se vendan ni se publiquen las fotos

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La presentadora de «Las mañanas de la 1», Mariló Montero, escogió el pasado mes de abril las playas de Bora Bora (Polinesia Francesa) para desconectar durante seis días junto a una amiga. En el Hotel Intercontinental Le Moana, un resort de lujo, reservó uno de los bungalows sobre las cristalinas aguas del Pacífico Sur. Una vez allí, paseó y disfrutó de la gastronomía local, así como de las paradisíacas playas. Cuál fue su sorpresa cuando, al regresar a España, se enteró de que la agencia Código Press tenía en su poder algunas fotografías y material de vídeo en el que aparecía en biquini y, también, en topless.

Casi dos meses después de aquel viaje, el juzgado de Primera Instancia número 35 de Madrid ha aceptado las medidas cautelares que la ex mujer del periodista Carlos Herrera había presentado para que dichas imágenes ni se vendiesen ni se publicasen.

Se trata de una orden a la espera de que se celebre el juicio, del que de momento se desconoce la fecha. Mientras algunos medios aseguran que este caso ha creado jurisprudencia, desde Ius + Aequitas Abogados -el despacho que representa a Montero-, una de sus abogadas asegura a ABC que no se puede hablar de jurisprudencia porque «para ello se requieren al menos dos sentencias del Tribunal Supremo en igual sentido».

Un propósito «lucrativo»

No obstante, este caso sí tiene una singular importancia ya que «evita que se publiquen las fotografías, lo que le habría causado un perjuicio imposible de reparar» a la presentadora. Desde el despacho defienden que debe «prevalecer el derecho a la imagen» de Montero. Además, algunas fotos del reportaje fueron captadas cuando la presentadora se encontraba en el bungalow del hotel y en topless; se trata de unas imágenes en las que el «único interés» que había por parte de la agencia era «un propósito lucrativo o comercial». La abogada también alega que la «reproducción de las imágenes» lesionaban «conjuntamente el derecho a la intimidad y a la imagen, ya que fueron captadas en un lugar privado, concretamente en la terraza del bungalow del hotel que contaba con una playa privada».

«En Bora Bora no existen las playas privadas», replican desde Código Press. Y añaden: «Nos sentimos desamparados. El caso es más grave de lo que parece. Si Montero gana el pleito y el juez no deja que esas fotos salgan a la luz, sí que sentaría una jurisprudencia peligrosa. Si esto ocurre, afectará al modus operandi de todos los medios de comunicación y tendríamos que tener el consentimiento de los protagonistas de las imágenes para poder publicarlas, aunque fueran tomadas en lugares públicos».

Desde la agencia aseguran que el reportaje está compuesto por «1.000 o 1.200 imágenes y cuatro horas de grabación» de vídeo. «Más allá del topless no hay nada que la comprometa, por eso estamos muy asombrados», apostillan. «Las fotos no se habían vendido, por tanto no había intención de publicarlas», añaden. Sobre el precio que podría haber alcanzado el reportaje, dicen que es «imposible de cuantificar».

Al parecer, la presentadora se enteró de que las imágenes existían porque Código Press entregó algunas fotografías al director de la revista «Lecturas», Luis Pliego, que resultó ser colaborador del programa de televisión y amigo de Mariló. «Acudimos a “Lecturas” porque era un cliente potencial, ya que con anterioridad habían publicado un reportaje de ella en las Maldivas. Se las dimos al director en depósito para que se pensara si las quería publicar». El director de la publicación fue el que alertó a Montero de la existencia de las imágenes, algo que también «sorprende» a Código Press.

«A ella le afectó mucho que se supiera la existencia de esas imágenes porque llegaron a plantear que podía tener una condición homosexual», cuentan desde el despacho de abogados. «Se había ido al otro lado del mundo para disfrutar de su privacidad. Ni siquiera dijo en su casa dónde estaba», confirman. Habrá que esperar, pues, a que se celebre el juicio para conocer si esas fotos podrán verse algún día.

Pero Montero no es el único personaje público al que la justicia le ha dado la razón. El caso más sonado fue el topless robado a Elsa Pataky por la revista «Interviú», que llegó a vender 178.000 ejemplares, frente a los 98.000 habituales. El TS sentenció que el Grupo Zeta debía pagar a la actriz 187.500 euros en concepto de «daños y perjuicios». Hace unos meses la actriz Inma Cuesta era indemnizada con 100.000 euros por unas fotos con el pecho al descubierto, que se publicaron en la revista «Qué me dices».

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