Una empleada de Christies muestra el broche de diamantes Carmen Thyssen
Una empleada de Christies muestra el broche de diamantes Carmen Thyssen - efe

Carmen Thyssen sigue buscando comprador para su broche real

La baronesa esperaba embolsarse hasta 1,5 millones, pero la joya no llegó al precio de salida

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La puja fue breve. Quizá demasiado. En la noche del miércoles, la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza intentó vender en subasta pública un fabuloso broche valorado en 1,5 millones de euros. Tita esperaba embolsarse esa cifra en un remate que había generado gran expectación entre muchos coleccionistas de piezas históricas que viajaron expresamente a Ginebra para pujar por la joya. El devant de corsage, originariamente un regalo de Alfonso XII a su prometida la Archiduquesa María Cristina de Austria, empezó a ofertarse por 576.000 euros, pero cuando se llegó a los 846.000 el martillero de Christie’s decidió interrumpir la venta ante la falta de interesados dispuestos a pagar el precio esperado por la baronesa.

Tras la irrupción del remate de este lote, el número 333, los responsables de Christie’s habrían intentado colocar la pieza de 95 kilates en la ronda de ventas directas que se suelen realizar tras la subasta.

Es muy común que los lotes que quedan disponibles se pongan a la venta una vez que la subasta pública ha concluido. Sin embargo, el broche que Heinrich Thyssen compró a su quinta mujer en los años 80 tampoco encontró nuevo dueño en esta instancia. Según ha podido saber ABC,Christie’s continúa buscando comprador y no faltan interesados. Todo es cuestión de llegar a un acuerdo respecto al precio.

Según Daniel Struyf, especialista de joyas de Christie’s, durante las últimas semanas se ha hablado con numerosos compradores de Oriente Próximo, Rusia, China e India interesados en el broche. «La tendencia actual de este mercado se orienta a la compra de objetos raros y de piezas únicas», explicó Struyf a ABC. Pero la joya de la que Tita se quiere desprender es demasiado cara y demasiado «rara».

«Es una pieza muy difícil de vender. ¿Quién luce un devant de corsage en el siglo XXI? Los compradores de alta joyería buscan piezas históricas como esta, con orígenes reales, aunque para ellos es tan importante el origen como que la joya se pueda usar. Quien compre el broche tendrá que desmontarlo para poder darle un uso», explica a este periódico una fuente cercana a la operación. Y también tendrá que pagar el precio que ha fijado Tita. ¿Quién da más?

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