Lourdes Montes
Lourdes Montes - ABC

Lourdes Montes: «Éste es un año cargado de emociones fuertes»

La mujer de Francisco Rivera que todavía no ha decidido el nombre de su futura hija: «cualquiera menos Lourdes»

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«Carmen, Lola, Manuela, Catalina… Todo menos Lourdes». Así respondía Lourdes Montes a la pregunta de cómo va a llamar a su futura niña. «Estoy de cinco meses; como ejercicio practico Pilates, que me va bien y, además, me he enganchado».

La mujer de Francisco Rivera llegaba el jueves a Barcelona para amadrinar una fiesta organizada por Peugeot dentro de la agenda del Torneo Conde de Godó de tenis. Melena al viento, un vestido de lino blanco y taconazos, con las uñas de los pies y de las manos pintadas de azul eléctrico.

No tiene antojos, pero ha dejado de tomar café y coca-cola en estos cuatro primeros meses de gestación. Ahora ya no tiene ascos. 2015 es para ella «un año cargado de emociones fuertes: la vuelta al ruedo de mi marido, el embarazo y mi colección de ropa», recuerda mientras admite que, haga lo que haga, siempre la van a mirar con lupa.

Estudió Derecho por descarte y reconoce que lo suyo no son las leyes. «No volveré a un despacho de abogados porque no me gusta –aclara-. Lo que realmente me gusta es la moda y por eso me he embarcado en la aventura de hacer una colección propia junto a mi hermana. No pretendo que en tan solo un año la gente me considere diseñadora, pero sí hemos presentado una línea básica que gusta».

«Me encanta la Feria y siempre voy vestida de flamenca. Adoro los volantes». La Fiesta también le gusta pero sufre mucho. «No me pierdo ninguna corrida de Francisco; si pasara algo quiero estar ahí y no a muchos kilómetros. El año pasado le diseñé yo su traje de luces para la corrida goyesca de Ronda».

Entiende bien que Francisco haya vuelto a su profesión y lo justifica. «Cuando le conocí él ya estaba en esto y este año le han ofrecido una temporada muy bonita con plazas que a él le gustan mucho». ¿Es verdad que ha firmado treinta corridas en México? «Si sólo fueran treinta…», lamenta.

Discreta en las formas y en sus respuestas, sorprende descubrir un tatuaje en una de sus muñecas. «Es una paloma, la tengo desde los veinte años y he cumplido treinta… hace diez años que lo llevo».

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