Carmen Lomana y Edmond Fokker, el verano pasado en Sotogrande
Carmen Lomana y Edmond Fokker, el verano pasado en Sotogrande - GTRES

Carmen Lomana rompe con su millonario novio: «No estoy triste, tengo una vida plena»

La «socialite» confirma a ABC su ruptura con el violinista holandés Edmond Fokker, heredero de una gran fortuna de la aviación

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Fue un amor de verano. Y de otoño. Y de invierno. Pero la relación entre la «socialite» Carmen Lomana y el violinista holandés Edmond Fokker Van Crayestein no ha logrado llegar a primavera. Lomana y su pareja, heredero de una gran fortuna amasada con el imperio de aviación alemán Anthony Fokker, han roto en buenos términos. «No ha sido una ruptura de tirarnos de los pelos. No hemos reñido. Simplemente lo hemos dejado porque él vive en Holanda y yo en España», explica Carmen a ABC.

Ahora, Lomana prepara las maletas para disfrutar de unos días de «relax» en Marbella, donde el verano pasado comenzó su romance con el bello Edmundo. «No estoy triste, tengo una vida plena», aclara la «socialite».

«Nos seguimos queriendo y nos echamos de menos. Pero la distancia es un obstáculo insoslayable», añade. Carmen es una mujer libre y amante de la gente «ligera de equipaje». Por su parte, él es un hombre divorciado, tiene dos hijos de su primer matrimonio, un trabajo en Ámsterdam y planes de mudanza a La Haya.

Pese a todo, Lomana está abierta a una segunda oportunidad. «Quizá me cruce con él en Marbella. No descarto que volvamos porque tenemos una química bestial. Pero ahora estoy bien así como estoy», dice la viuda del diseñador industrial chileno Guillermo Capdevila, que está muy bien arropada por su «troop» de amigos, entre los que figuran Marta Chávarri, Antonio Gutiérrez y Cristina Thomas de Carranza.

En el verano, cuando saltó la noticia del romance, la rubia más popular del papel couché se negó a hablar de noviazgo y prefirió catalogarlo como una «ilusión». Fokker, amante del arte, la filosofía y el cine, estuvo detrás de ella durante varios meses hasta que logró conquistarla. «Pero no os ilusionéis, mañana me veréis con otro. No me pego a un móvil a esperar una llamada, me dejo llevar. Soy muy libre. Es raro que me pierda por un señor como me ocurrió con mi marido», confesó Lomana a ABC en agosto del año pasado. Ella ya intuía el desenlace. Pura premonición femenina.

Ver los comentarios