'Piratas' en los cines: hasta 400 euros por grabar películas en salas de Madrid para subirlas a internet

La Policía Nacional detiene a dos 'camcorders' de una organización criminal que filmaban los principales estrenos escondidos entre las butacas

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La Policía Nacional ha culminado con éxito la llamada operación Europa, en la que por primera vez se ha desarrollado las primera investigación para detener a 'camcorders' (piratas que se cuelan en salas de cine para grabar las películas y subirlas a internet), pues hasta ahora siempre se habían pillado 'in fraganti'.

Los dos arrestados formaban parte de grupos internacionales y recibían entre 250 y 400 euros por filmación, siendo las mejor pagadas las de los últimos estrenos y más demandadas. En este caso, se les imputan 14 hechos, entre 2019 y 2022.

La investigación comenzó a inicios de 2021 tras la denuncia interpuesta por la Motion Picture Association que daba cuenta de hasta 14 grabaciones clandestinas detectadas en distintas salas de cine de Madrid, actividad que constituye un uso ilícito y no autorizado de contenidos destinados única y exclusivamente a su exhibición en cines.

Los agentes comprobaron que estas grabaciones pirata eran editadas y después publicadas en páginas web especializadas en la distribución de contenidos protegidos. Su análisis técnico permitió individualizar los dispositivos empleados para estas filmaciones ilícitas, llegando a la conclusión de que eran realizadas por dos personas distintas, en concreto por dos varones que se pudo acreditar que asistían con regularidad a las salas de cine objeto de investigación.

Vigilancia en cines madrileños

El operativo policial se centró entonces en diseñar vigilancias en diferentes salas de cine de la Comunidad que se prolongaron en el tiempo, intensificándose en las fechas de lanzamiento de estrenos relevantes.

El despliegue de los agentes concluyó con la detención de los dos varones en diferentes momentos, siendo sorprendido uno de ellos cuando estaba grabando la película, utilizando un teléfono móvil dotado de una aplicación específica para la grabación discreta y con ajustes de parámetros técnicos.

Su papel era fundamental dentro de estas organizaciones al ser los encargados de proveer las grabaciones que después eran facilitadas a otros integrantes para su edición, alojamiento y publicación.

Mediante este 'modus operandi', los integrantes de estas redes (una con mayor implantación en Suramérica y otra en el Este de Europa) obtenían ingresos por la publicidad insertada en las páginas web especializadas donde se publicaban las películas, que estaban disponibles a través de enlaces de descarga.

Asimismo, estas personas obtenían otros beneficios económicos por los accesos de pago a esos sitios web de los clientes.

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