CURIOSIDADES DE MADRID

El homenaje oculto en las farolas de Madrid a la infanta que nunca pudo reinar

La estética del alumbrado «fernandino» de la capital, fundido originalmente en Londres, se conserva durante dos siglos

Madrid Actualizado: Guardar
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La estética neoclásica del alumbrado de Madrid es algo inherente a su centro histórico desde 1832. La fecha, grabada en la base de las farolas, esconde la suerte de homenaje del rey Fernando VII a la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, la segunda de sus hijas (la otra fue la futura reina Isabel II) con María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. A pesar de esta relación, la asociación entre la capital y la Infanta es prácticamente nula; todo lo contrario que ocurre con Sevilla, donde pasó la mayor parte de su vida y a quien donó parte de los jardines de su palacio en 1893, bautizados con su nombre casi veinte años después.

Las farolas jalonadas a lo largo de las calles del viejo Madrid, en la Plaza Mayor o, especialmente, los alrededores del Palacio Real, son conocidas como «fernandinas».

El apelativo, evidentemente, remite al monarca. Este tipo de mobiliario se estrenó en la capital con motivo del nacimiento de María Luisa, el 30 de enero de 1832, y posteriormente se expandió a otras grandes ciudades españolas. Su apariencia, sugerente y elegante, las hace inconfundibles. Las primigenias fueron fundidas en Londres y en todos los casos su morfología es similar aunque con variantes: con una lámpara o varias; en el suelo o ancladas a una pared.

No obstante, el farol siempre está acristalado y, generalmente, presidido en lo alto con dos pequeñas coronas, con la más pequeña sobrepuesta en otra más grande. Junto a la fecha de nacimiento de la Infanta María Luisa aparece un grabado de Fernando VII, con dos «F» como contorno del número romano, dentro de un escudo bajo una corona real. El ánimo del Ayuntamiento desde entonces ha sido el de mantener este tipo de farolas, y aunque todavía se conservan algunos ejemplares, otros han sido reproducidos a imagen y semejanza de los originales.

Sin trono ni corona

El escueto homenaje de las farolas de Madrid son una de las huellas de la Infanta en la capital, aunque no la única a pesar de su posterior afincamiento en Sevilla. Otra, cómo no, es el Palacio Real, donde nació. Sin embargo, su figura siempre estuvo a la sombra de Isabel II, quien sí llegó a reinar. Siempre cerca de los monarcas de su familia, padre, hermana e hija, nunca pudo ostentar la corona, aunque lo intentó con una maniobra ya narrada en este rincón histórico de ABC. La Infanta María Luisa pretendió hacerse con el Reino de Ecuador y, durante la Revolución Gloriosa de 1868 que destronó a su hermana, ella y su esposo, Antonio de Orleans, hicieron todo lo posible para ser coronados como reyes, algo que nunca llegó a fraguarse.

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