Generación Z: preocupados por las ‘fake’, pero atados a las redes

El ‘Proyecto Culebras’, elaborado por la Universidad Complutense, parte de cuatro bulos para analizar la relación de los jóvenes con Internet y las noticias falsas

Las redes sociales son el vehículo por el que penetran las ‘fake news’ EP

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Tienen en torno a los 20 años, y como buenos nativos digitales , viven inmersos en el mundo de las redes sociales. Allí buscan, a la vez, entretenimiento e información, en un cóctel explosivo que en muchas ocasiones les lleva directos a las ‘fake news’ . Ellos lo saben, y no les gusta, pero aseguran no tener ni tiempo ni herramientas para esquivarlas. Por eso quieren una mejor educación que les enseñe a desarrollar el espíritu crítico.

Estas son algunas de las conclusiones a las que han llegado investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la consultora de comunicación Torres y Carrera, en el marco del llamado ‘proyecto Culebras’ por aquello de las serpientes de verano.

Chimpancé listo y reguetón

Todo empezó cuando este grupo decidió poner en circulación cuatro bulos y ver qué pasaba con ellos: que una actriz española iba a protagonizar la nueva entrega de la saga cinematográfica de Spider Man ; que Gogo, un chimpacé de 11 años, era capaz de ganar a los jóvenes de su misma edad jugando a la última versión del videojuego ‘Fortnite’; que el español se había convertido en el idioma más escuchado de la música pop en el mundo gracias al reguetón; y que varias empresas trabajaban en un proyecto para transmitir información a sus empleados mediante telepatía.

Las primeras conclusiones a las que llegaron fueron demoledoras: las noticias falsas se difunden «más rápido y más ampliamente» que las verdaderas; la proporción de entrada de un bulo sobre una noticia real es de mil a uno. Y el 66 por ciento de los enlaces compartidos en Twitter son generados por cuentas automatizadas, mientras las noticias falsas y la desinformación se han normalizado en las redes.

Un segundo paso fue un estudio demoscópico en marzo, a nivel nacional, sobre ‘fake news’ y redes sociales, al que siguió el trabajo de debate con tres grupos de jóvenes de entre 18 y 24 años .

La generación Z –los nacidos entre mediados de los años 90 y de los 2000– vive por, para y a través de las redes sociales. Y es consciente de que esta es la vía por la que se transmiten la mayor parte de los bulos. Para combatirlas, confían en un arma infalible: la educación. «Creen que los bulos van a seguir propagándose, pero tienen mucha confianza en el papel de la formación de ciudadanos con espíritu crítico», indica el vicedecano de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Facultad de Ciencias de la Información y portavoz de la Complutense en el ‘Proyecto Culebras’, Cristóbal Fernández.

Por otra parte, los chavales desconfían profundamente de los medios tradicionales de comunicación; prefieren informarse a través de las redes sociales, y las utilizan tanto para esto como para acceder al entretenimiento. Algo que, advierten los investigadores, para los medios puede ser una oportunidad de ampliar audiencias, pero también representa un peligro porque lo que les atraen son productos híbridos, no noticias en el sentido clásico.

La Generación Z es inconformista, curiosa y está muy preocupada por la polarización de la sociedad: cuestiones como el feminismo o los inmigrantes terminan convertidos en armas arrojadizas a raíz de la tremenda brecha ideológica que detectan entre derecha e izquierda, y que no les gusta nada.

La encuesta detectó que un 82 por ciento de los jóvenes –desde 16 años– consultados utilizan las redes para informarse, aunque reconocen que mueven más mentiras ; el 63 por ciento están preocupados porque la información sea falsa, y la contrastan antes de compartir nada. El 48 por ciento, sin embargo, no muestra interés por conocer lo que ocurre en el mundo: presentan apatía informativa.

Legítimo cabreo

Entre los temas por los que más se interesan, están aquellos que más tiran en las redes: los que son tendencia o ‘trending topic’. Tienen una visión en general pesimista del futuro porque creen que vivirán peor que sus padres. «Y están legitimados para estar cabreados» , asegura Ángel Rubio, vicedecano de Calidad e Innovación Docente y profesor de Periodismo y Comunicación Global de la Universidad Complutense. Plantea la necesidad de «un sistema educativo ágil que se adapte, apostar por una educación sólida». Y echarles una mano: «No podemos dejarles solos en eso, es una tarea demasiado ingente para ellos» .

Una de las conclusiones que llegaron los jóvenes de la Generación Z que participaron en los grupos de trabajo sobre ‘fakes news’ –19 chicos y chicas, entre ellos varios que cursaban carreras relacionadas con Comunicación , otros matriculados en disciplinas diferentes, y varios no universitarios– ha sido la importancia de la educación como herramienta para luchar contra los bulos. Una formación que, denunciaban, no han recibido en Primaria y Secundaria –con temarios desactualizados, aseguran– y que confiaban en que sí llegaría con su paso por la universidad.

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