Caso del niño desaparecido de Morón: amplían la búsqueda a solares y edificios abandonados de Madrid

Ayer se le volvió a intentar tomar declaración a la madre, pero su estado mental es muy precario aún. Eso sí, la Policía cree que no mató al menor en su casa sevillana, sino que todo ocurrió entre las horas que tardó desde Talavera a Segovia

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¿Qué ocurrió entre las doce y media de la madrugada del lunes pasado y las once de la mañana? Ese es el agujero fundamental en el que los investigadores del caso del menor discapacitado de Morón desaparecido centran sus pesquisas . O lo que es lo mismo: el trayecto de apenas 200 kilómetros que separan el hotel de Talavera de la Reina (Toledo), donde descansaron Macarena Díaz y su hijo durante apenas cuatro horas, y la estación de servicio en que se encontró, desorientada, a la mujer en Carabias (Segovia). La Policía Nacional ha ampliado la búsqueda a descampados, solares y edificios abandonados de las afueras de Madrid.

Los policías encargados del caso, que encabeza la UFAM Central, creen que el niño estaba vivo cuando salieron de Morón de la Frontera (Sevilla) el domingo, 12 de septiembre, sobre las cuatro de la tarde. Eso echaría por tierra una de las cuatro versiones inconexas que la mujer, auxiliar de enfermería de 38 años y con problemas mentales agravados tras abandonar la medicación, consistente en que el adolescente de 15 años murió «en la casa de Morón el día 8, con unas fuertes fiebres, echando espuma por la boca».

Uno de los testimonios fundamentales es el de Paco, un vecino fontanero que acudió a arreglar un grifo de la cocina de la mujer el sábado 11 de septiembre, sobre las diez y media de la noche. «Ella estaba normal, acababa de volver de misa. Metió al niño y yo le escuchaba respirar, estaba vivo», ha declarado. Estuvo con ellos 20 minutos, en los que vio que apenas había muebles en la casa y Macarena le dijo que iba a vender la casa. No habló de ningún viaje al día siguiente. Por eso, se cree que actuó en pleno brote psicótico derivado de su trastorno bipolar.

Sin indicios de violencia en el hotel

Tomaron la A-66, conocida como la Ruta de la Plata, que une Sevilla con Mérida, para después coger la A-5 y recalar en Talavera de la Reina (Toledo) , con el coche adaptado para el chico. Allí, a las 20.30, se registraron en el hotel Perales. Iban los dos, el niño parecía adormecido, en su silla y con las piernas tapadas con mantas. A las 00.30 salieron del establecimiento y siguieron su viaje «tras haber descansado», como ella misma le dijo al recepcionista. Se ha inspeccionado la habitación y no hay indicios de violencia, de que hubiese matado allí al pequeño Antonio David Barroso.

Las cámaras de Tráfico han captado la salida del coche de Talavera. La siguiente noticia llegó a las 11 de la mañana, cuando la mujer fue hallada, muy desorientada, en una estación de servicio de Carabias, y ya sin el niño. Se había quedado sin gasolina y la empleada avisó a la Guardia Civil, que llamó a la hija mayor, de 19 años, que estaba en Morón. Preguntó a los agentes por su hermano, pero allí no estaba: «Lo he matado y arrojado a unos contenedores de una salida de Madrid, junto a un edificio blanco y rojo abandonado» . Se trata de un lugar cercano al centro comercial Xanadú, en Arroyomolinos, en el eje de la A-5.

Análisis del móvil y las cámaras

La búsqueda posterior en los contenedores no ha dado resultado. Se ha pedido a los operarios del vertedero de Valdemingómez , al que van los residuos de esa zona, que extremen su vigilancia en el material que tratan.

Por ello, se ha ampliado la búsqueda a solares y edificios abandonados del entorno de la A-5, en las afueras de Madrid. Paralelamente, se va a analizar el móvil de la madre, que tiró (y fue recuperado anteayer) en un contenedor de Morón antes de salir de viaje. Está roto pero se quieren encontrar las últimas conversaciones y contactos de Macarena y, sobre todo, si hizo búsquedas de posibles destinos, como Galicia, lugar al que dijo donde se desplazaba.

Habida cuenta de que no se puede geolocalizar el itinerario porque no llevaba teléfono y el coche carece de GPS integrado en el sistema, son fundamentales las cámaras de Tráfico, aunque la parte trasera del coche tiene las lunas ahumadas y resulta complicado ver si iba alguien en los asientos traseros.

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