El Café Berlín reabre en un templo «heavy»

Al menos seguirá habiendo música. Eso es lo que piensan los apesadumbrados fans de la sala We Rock, que durante cuatro años ha sido el perfecto lugar de reunión para los seguidores del heavy metal y el rock duro en la capital. Temían que «otra tienda de ropa» se llevara por delante el templo del guitarreo que tanto les costó tener en la zona centro, pero es el Café Berlínel que ocupará el local del número 20 de la calle Costanilla de los Ángeles, perpendicular a Gran Vía.

Cuando cerró sus puertas el pasado 2 de enero por un inesperado cambio de dueños del inmueble, los responsables de este legendario club de jazz ya avisaron en su comunicado de despedida que tenían un as en la manga: «Muy pronto, si todo va como esperamos, estaremos en condiciones de anunciar que tenemos un nuevo local donde revivir nuestro sueño».

Sólo un par de meses después, ese sueño se ha hecho realidad a sólo 80 metros de su ubicación original, en la calle Jacometrezo.

Al conocerse la noticia, los fieles de la sala We Rock organizaron una campaña de recogida de firmas en internet, que finalmente no consiguió sus objetivos. Y tras muchos rumores en la comunidad «heavy» madrileña, los responsables de la sala han confirmado que el próximo fin de semana será el último. «No se trata de un problema de funcionamiento ni de facturación, ni de que esta propuesta no sea viable», señalan. «Simplemente, alguien con la capacidad económica suficiente ha comprado (la licencia) el local».

Con el mismo nombre

La sala se seguirá llamando Café Berlín. «No, no es que no le hayamos dado vueltas, no, sino que, después de hacerlo, la solución más sencilla nos ha parecido la buena, aunque también es cierto que esta nueva etapa traerá consigo muchas novedades», dice un comunicado del Berlín, que para el mes de abril ya ha anunciado la presencia en su escenario de Duquende, Malevaje, Jorge Pardo y Alain Pérez, y ha confirmado que habrá «selectores de la talla del norteamericano John Morales» y una «Jam session» semanal con Diego Guerrero.

Sus encargados afrontan esta nueva etapa con mucha ilusión, ya que «el nuevo local es alucinante, y a sólo un minuto. caminando del anterior, con 300 personas de aforo, un escenario más grande, camerinos para los artistas, dos amplísimas barras, una pista de baile que recuerda a la de las discos míticas de los 70... Hemos crecido y mejorado prácticamente en todo, lo que nos va a permitir, además, albergar eventos de mayor envergadura», aseguran.

En la otra cara de la moneda están los dueños de We Rock, que ya se han puesto manos a la obra para «no dar ningún paso en falso» y volver a la carga lo antes posible en otra ubicación.