Operación Petunia

La banda del «joyero soplón» que asaltaba a sus compañeros

Estaba arruinado y planificaba los golpes a representantes del gremio y a comercios

Uno de los miembros de la banda, detenido en Madrid
M. J. Álvarez

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«Debe ser un error» , dijo un representante de joyería de 60 años cuando fue detenido por la Guardia Civil . Nada más lejos de la realidad. Se trataba del cabecilla de una banda dedicada a robar a compañeros y a asaltar establecimientos comerciales. Tenía su base de operaciones en Madrid y que estaba formada por otras diez personas más, todas españolas y de entre 34 y 62 años.

El cabecilla, que seguía en activo en su oficio, optó por «pluriemplearse» . Estaba arruinado y acuciado por problemas personales. Por ello, pensó que nada mejor que robar a sus colegas. Conocía como pocos sus movimientos, quiénes tenían los muestrarios más valiosos y cuándo tenían más material. Además, debido a la información privilegiada con la que contaba, en cuanto a las tiendas de joyería estaba al tanto de los sistemas de seguridad con los que contaban, el lugar y tipo de las cámara acorazadas, su contenido, el lugar en el que depositaban el efectivo, empleados...

El sexagenario reconvertido en asaltante no actuaba: seleccionaba los golpes y planificaba los objetivos. Para ello, dividió la organización que lideraba en dos células: una de ellas estaba especializada en robos con fuerza a joyerías a las que entraban a través de butrones para abrir las cajas fuertes con lanzas térmicas .

La operación Petunia, realizada por la Unidad Central Operativa ( UCO ) de la Guardia Civil, arrancó en octubre de 2017, a raíz del asalto que sufrieron dos representantes de joyería que pararon en un área de servicio de La Bañeza (León). Los malhechores, empleando una inusitada violencia, les intimidaron con las armas de fuego que portaban. Les arrebataron sus muestrarios de joyas valoradas en 800.000 euros.

«In fraganti»

Fruto de las investigaciones, los agentes averiguaron que los delincuentes eran veteranos y experimentados, asentados en Madrid y que se movían por todo el país para perpetrar sus golpes. Poco a poco, la madeja les condujo al sexagenario endeudado que, aprovechando la confianza de sus compañeros del gremio cuando se desplazaba con su maletín por distintas zonas de la geografía, obtenía información para perpetrar posteriores delitos contra ellos. De este modo, se produjo el arresto de seis integrantes de la banda el 11 de marzo, cuando iban a llevarse un botín de 1,2 millones de euros en una joyería de Gijón. Fue la puntilla.

Después cayó el resto del grupo en Madrid, incluido el sexagenario traidor. También se les acusa del robo en una empresa de Alcorcón en marzo, de donde se apoderaron de 87.000 euros . En Madrid registraron tres viviendas (en Usera, Vallecas y Latina), donde hallaron armas, inhibidores y 6.000 euros. Nueve están en prisión. Se desconoce por el momento el número de asaltos que han cometido así como el monto de lo robado..

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