La policía intensifica los controles de alcoholomenia en las celebraciones prenavideñas

Son noches de fiesta, de cenas de empresa, de despedidas de los amigos y de encuentros, con alguno de los controles de tráfico. En este de Barcelona comienzan a parar a los vehículos. Algunos conductores tienen dificultades para estacionar su coche. Este se lleva por delante uno de los conos del control. Quizá por nervios o demasiada bebida. El alcoholímetro tiene la última palabra. Se han tomado una botella de vino y la multa les va a costar 500 euros. La policía multiplica estos días sus controles en muchos lugares. Esta noche se han hecho en este punto unas 600 pruebas,  algunas de consumo de drogas. Algunos ven en estos controles un fin recaudatorio.