Aguirre se desentiende de la Púnica

Esperanza Aguirre se enfrenta inmutable al repunte del caso Púnica. "Jamás me he llevado un duro", insiste en afirmar, "ni he tenido noticia, ni he consentido". No acaba de ver razones para inquietarse por más que el juez Velasco siga con los interrogatorios y con el foco en la presunta financiación ilegal del PP madrileño, relanzada en base a la información incautada a Beltrán Gutiérrez, el contable, en su casa y en su despacho de Génova. "Por no haberme ocupado de esos asuntos", argumenta Esperanza Aguirre, "dimití hace un año". Y con estas palabras se declara algo así como al otro lado de la barrera. Como con aquello del "yo destape la Gurtel", trata de reconvertir la crisis en oportunidad. Ella que, con la Púnica, la Gürtel o las Black ha juntado a unos cuantos colaboradores y próximos en la cárcel o el banquillo.