Romero, durante su discurso en Becerreá
Romero, durante su discurso en Becerreá - EFE
HIJA ADOPTIVA

Teresa Romero recuerda su ingreso por ébola como «aquellos días de mala suerte»

La auxiliar que superó el ébola recoge en la localidad natal de su madre el título de hija adoptiva

Lugo Actualizado: Guardar
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Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se infectó de ébola tras atender a un religioso, ha sido nombrada hoy hija adoptiva de Becerreá (Lugo) y en un emotivo discurso ha recordado el tiempo en el que estuvo «más muerta que viva» en un hospital de Madrid. En la casa de cultura local ha expresado su agradecimiento y ha dicho que siempre se sintió «apoyada y defendida» por el equipo del alcalde, máxime cuando no dudaron en gritar «Teresa somos todos».

Pese a no haber nacido en Becerreá, donde reside su madre, ha confesado su pasión por el núcleo poblacional gallego, con el que tiene una estrecha vinculación desde siempre: «Por mis venas corre sangre gallega y siento ésta como mi casa».

Se ha dirigido a su madre, Jesusa, y a su marido, Javier Limón, para reconocerles en público su apoyo y tampoco se ha olvidado de los anónimos que le han enviado cartas «desde distintas partes del mundo» ni de los trabajadores de la sanidad pública,

No ha desaprovechado la ocasión de recordar a su sacrificado perro Excálibur, que llegó«al corazón de mucha gente» y ha dicho que su conciencia está tranquila. También ha rememorado los días negros en los que estuvo o ingresada en una habitación de hospital. «Soñaba con las fuentes y manantiales de Becerreá», ha apuntado, y ha hecho un silencio antes de referirse, de nuevo con gratitud, a esta localidad de la montaña lucense a la que siempre ensalzará, al igual que hizo en aquellos días de «mala suerte».

El alcalde, Manuel Martínez, ha aplaudido a Teresa Romero por tener presente a Becerreá en aquellas jornadas. Sobre el nombramiento de hija adoptiva, ha comentado el primer edil que no es «un regalo, porque te lo mereces», y ha enumerado las razones por las que se le ha concedido a Teresa Romero tal distinción, que solo ostenta otra persona, también profesional de la salud: solidaridad, coraje, entereza, valentía y dignidad.

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