El equipo médico y de voluntarios celebró el alta de Bienvenue con una fiesta. En unos días ella regresará a Togo
El equipo médico y de voluntarios celebró el alta de Bienvenue con una fiesta. En unos días ella regresará a Togo

Segunda vida para Bienvenue

Los médicos del hospital La Esperanza abrieron sus quirófanos para operar a una pequeña de Togo con una dolencia que en su país no podían tratar. Ella se va, pero en unos días llegará Helene

Santiago Actualizado: Guardar
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Bienvenue nació hace tres años en Togo. Vino al mundo en uno de los lugares más pobres de la tierra, con una esperanza de vida que ronda los 56 años y donde el 40 por ciento de la población subsiste bajo el umbral de la pobreza. No es el país de las oportunidades, y menos para una niña que nació con una dolencia llamada atresia anal que le impidió desarrollar un ano normal y que la obligaba a defecar en una bolsa que le implantaron al poco de nacer. La suerte de esta pequeña cambió cuando cayó en brazos de los médicos de la organización Tierra de Hombres, que estudiaron su caso y confirmaron que era inoperable en los quirófanos togoleses.

El siguiente paso fue buscar ayuda exterior para poner solución a una enfermedad que en el primer mundo ya habría sido atajada. La mano se la tendió el equipo médico del hospital compostelano Nuestra Señora de la Esperanza, que puso sus medios y conocimientos a disposición de Bienvenue a través de un programa de colaboración con la ONG que también implica a familias y voluntarios de la zona.

La ONG Tierra de Hombres media para que niños con problemas médicos sean operados en España

La pequeña Bienvenue fue acogida por una familia de Ames que la acompañó y la cuidó en su casa durante los cinco meses que se prolongó su curación. En ese tiempo, los médicos intervinieron a la niña en dos ocasiones. La primera operación —explica a ABC el director de La Esperanza, Eduardo Granja— sirvió para reconstruir el ano de Bienvenue. A las ocho semanas, y tras un proceso de dilataciones, se la volvió a intervenir para eliminar la bolsa de colostomía, cerrar el colón y normalizar el tránsito. La cirugía, incide Granja, es capaz de resolver el problema al cien por cien, por lo que la paciente podrá tener una vida totalmente normal.

Desde La Esperanza hacen un llamamiento a familias y voluntarios que quieran acompañar a estos niños

«Ayudamos a cambiar un destino poco halagüeño en un país como el suyo», reconoce el doctor para afirmar que la experiencia ha sido «muy gratificante para todo el equipo». Tanto es así, que el hospital se ha fijado como meta intervenir a una media de tres pequeños por año y contribuir «a mejorar sus vidas en la medida en la que podamos hacerlo». «A nosotros nos ilusiona poder ayudarlos médicamente y al mismo tiempo le damos una oportunidad a la gente de Santiago que desea implicarse», explica Granja. Y es que quienes quieran participar de esta colaboración con la ONG Tierra de Hombres pueden hacerlo bien abriendo su casa a alguno de los niños que tenga que ser operado en Santiago, o bien acompañando a los pequeños en su habitación durante el tratamiento para aliviar un poco la carga horaria de las familias de acogida.

El turno de Helene

Con Bienvenue a punto de regresar a su país para reencontrarse con sus padres, el equipo de La Esperanza se prepara para recibir a una nueva huésped. Se llama Helene y tiene 20 meses. Llegará a Galicia en unos días aunque su primera parada la hará en La Coruña. En el hospital Materno-Infantil será operada de una dolencia cardíaca que le detectaron al poco de nacer. Una vez resuelta, Helene será trasladada a la capital gallega para someterse al mismo proceso que Bienvenue y sanarse de su atresia. La clave del proceso, inciden desde el centro, es conseguir que los pequeños se integren con facilidad. «En el caso de Bienvenue todo fue muy fácil aunque la primera semana ella estaba muy asustada. Además, la pareja de acogida superó muy pronto todas las barreras idiomáticas y culturales «para que la niña se sintiese como en casa», aclaran para hacer un llamamiento y reclutar nuevos voluntarios. «Cualquier persona que esté dispuesta a pasar parte de su tiempo cuidando y acompañando a estos niños nos puede ayudar», explican.

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