División de combustibles de la planta instalada en la terminal portuaria herculina
División de combustibles de la planta instalada en la terminal portuaria herculina - ABC

Repsol niega que los vertidos en la ría de O Burgo procedan de la refinería

El complejo coruñés espera reducir un 35% sus emisiones de carbono hasta 2020

Santiago Actualizado: Guardar
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El director de la refinería de Repsol en La Coruña, Luis Felipe Llamas, defendió este miércoles la eficacia del sistema de recogida de vertidos que se bombean por oleoducto, negando así las acusaciones que apuntan a la planta como responsable del alto nivel de hidrocarburos detectado en la ría de O Burgo desde 2008.

El pasado mes de octubre ante la denuncia de los mariscadores de la zona el director xeral de Augas de Galicia, Gonzalo Mosqueira, señalaba a un origen difuso de la contaminación «sin causas determinantes», apuntando a los depósitos en tierra como posible origen por el arrastre de las lluvias. Tampoco evitó Llamas pronunciarse sobre otro tema que está generando cierta polémica entre las empresas instaladas en el puerto coruñés.

El calificado de «impuestazo» por el Partido Popular, aprobado por PSOE y la Marea. Una subida de tasas de cara a 2016 que, apuntó, «supondrá una pérdida de competitividad para la empresa». La medida se traduce en el pago de 18.000 euros de media para cada una de las 52 empresas no pesqueras que operan en la terminal herculina.

En estos términos se pronunciaba el máximo responsable de la refinería coincidiendo con la presentación del plan de sostenibilidad de la empresa que contempla un ambicioso programa de eficiencia, con actuaciones y compromisos concretos (algunos de ellos ya implementados) con los que obtendrá 2.100 millones de euros anuales de ahorros y sinergias.

36 acciones, 8 ejes

En concreto, la planta coruñesa espera reducir un 35 por ciento de sus emisiones de carbono en el horizonte de 2020. La hoja de ruta marcada incluye 36 acciones agrupadas en ocho programas: gobernanza, derechos humanos, prácticas laborales, seguridad, medioambiente, cadena de valor, asuntos de consumidores y participación y desarrollo en la comunidad.

Entre los objetivos irrenunciables se presentan mejorar las infraestructuras y la seguridad en el complejo, continuar con la formación y aumentar el ahorro y la eficiencia en el consumo de energía mediante el plan de gestión energética y reducción de emisiones de dióxido de carbono.

Respecto a este último punto, Llamas hizo un parón en su exposición para remarcar que en el último año se han conseguido reducir estas emisiones en un 20 por ciento respecto a los objetivos marcados a cinco años. Ahora, la marca se sitúa 15 puntos porcentuales por encima. Asimismo, anotó un descenso del 60 por ciento en el consumo del agua.

«Estamos presentando un plan con una visión clara y objetivos y compromisos medibles. Un plan que no solo muestra nuestra solidez y resilencia, sino lo lejos que podemos llegar en términos de creación de valor y fortaleza de nuestra compañía», señalaba Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol durante su presentación en Madrid. Palabras que suscribía ahora su director coruñés que añadió que «busca contribuir al desarrollo de la sociedad y al futuro». «Es estar para seguir estando y aportar algo más», indicó Llamas.

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