Feijóo llama a los cuadros del PPdeG a capitalizar la «decepción» de las mareas

El presidente pide no caer en la «autocomplacencia» para derrotar en 2019 a la política de los «vendehúmos»

Los populares gallegos lucen músculo municipal en una cita con más de un millar de alcaldes y concejales

Alberto Núñez Feijóo, en la convención local del PPdeG en la Ciudad de la Cultura EFE

MARIO NESPEREIRA

Jornada de conjura para las esferas locales del Partido Popular de Galicia, con Alberto Núñez Feijóo como maestro de ceremonias. El partido lució ayer músculo municipal en los salones abovedados de la Ciudad de la Cultura, donde congregó a más de un millar de alcaldes y concejales y donde desplegó una retahíla de mensajes para ir activando la maquinaria orgánica de cara a las elecciones de 2019. El principal lema: el orgullo de pertenecer al PPdeG , un partido que trazó una «gran renovación» tras el batacazo de 2015, y que lleva acunando desde hace meses las propuestas para recuperar el poder, especialmente en las plazas urbanas.

Los populares saben que las circunstancias son distintas a las de hace tres años, con independencia de que aquel escrutinio supusiese un aviso a navegantes. Ya no existe el efecto «novedad» de las mareas , como recordó el presidente de la Xunta, y la ola de desprestigio hacia la vieja política parece haber amainado, habida cuenta de que la llegada del rupturismo al poder no acaba de traducir las promesas en hechos tangibles. Es la «política del vendehúmos» y de los «falabaratos», aseveró Feijóo, en su condena contra las «sopas de siglas» de la izquierda radical: «Las Mareas de Podemos –añadió—, con el apoyo imprescindible de los socialistas y los nacionalistas, consiguieron transformar en tiempo récord la ilusión en decepción ; ése será su legado en la historia política municipal en Galicia».

Ese es el objetivo del PPdeG: capitalizar el descontento hacia un amplio sector de la izquierda, salpicada en los últimos tiempos por polémicas como la de La Coruña, donde el gobierno de Xulio Ferreiro vendió dos pisos a un afín, aun a pesar que los inmbuebles no cumplían ni con los requisitos de las bases. «Mientras otros solo gobiernan para sus afiliados, nosotros tenemos que prepararnos para gobernar para todos» , subrayó el presidente y líder de una formación que aspira a ser la «de las propuestas». Porque los 165 alcaldes actuales y el mérito de haber sido la lista más votada en dos de los tres ayuntamientos de la Comunidad «sería un éxito sin precedentes para cualquier otro partido»; pero no es suficiente para el PPdeG: «No podemos caer en la autocomplacencia pensando que las municipales están hechas ni podemos bajar los brazos pensando que es muy difícil conseguir las mayorías para gobernar».

«Frente a la Galicia de las taifas del PSOE, frente a la Galicia paralizada de las mareas, frente a la Galicia irreal del BNG, o frente a quienes ni escuchan, ni entienden, ni nada proponen a favor de Galicia, nosotros nunca separamos los pies de la tierra», agregó el jefe del Ejecutivo autonómico, ayer en el papel de motivador con una intervención sembrada de notas en clave interna. Porque el PPdeG reunió a sus cuadros para dar «escuchar, hablar y aprender» y para dar una lección de unidad: «Este es el único partido capaz de juntar a sus representantes de la política municipal» .

Reformas partidistas

En mitad del debate por la reforma de la ley electoral, azuzado gracias a los movimientos de Podemos y Ciudadanos, los populares ni renuncian a que se favorezca el gobierno de la lista más votada ni parecen estar dispuestos a transigir con planteamientos como los del BNG , que granjearía a los nacionalistas su vuelta al Congreso de los Diputados y catapultaría al partido de Albert Rivera con dos escaños por Galicia. «Por muchas propuestas que hagan nunca podrán callar la voz democrática de los gallegos cuando votan» .

Feijóo, además, volvió a depositar una calculada ambigüedad en algunos de sus enunciados, vinculados al futuro del proyecto que él mismo encabeza y a los rumores que envuelven su figura cada vez que el barco nacional del PP zozobra. En ese contexto, recordó a los dirigentes locales que la mejor filosofía con la que podían acompañar su militancia es la de que «no hay mayor honor que servir a Galicia» . «Nada es más importante que a la gente le vaya bien, no penséis que lo importante es conseguir cosas para uno, y no para los demás». Así que por último, destacó: «No hay ninguna expectativa más interesante que todo lo que aún nos queda por hacer».

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