PARLAMENTO

Feijóo apoya un autogobierno «real» frente al fantasma de la recentralización que invoca la izquierda

El presidente se dirige por carta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para exigir el pago de 125 millones de superávit. Además, reclama el retorno de 170 millones por el cumplimiento de las reglas de gasto

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, este miércoles en el Parlamento EFE

Mario Nespereira

El frenesí preelectoral ha obligado a Alberto Núñez Feijóo a salir en defensa de las políticas de su jefe de filas, Pablo Casado. Este miércoles, el presidente de la Xunta ha expresado su apoyo a la consecución de un autogobierno «real» frente al fantasma de la recentralización y la discriminación de la lengua gallega que invoca la izquierda. En un debate marcado por las continuas alusiones a Vox y a un posible gobierno de tras las tres derechas tras el 28-A, el mandatario autonómico ha puesto el foco en conseguir que la autonomía ensanche sus márgenes económicos y ha reclamado al Ministerio de Hacienda que abone a Galicia un montante de 295 millones de euros : 170 correspondientes al cumplimiento de las reglas de gasto en los dos últimos años y 125 millones vinculados al superávit presupuestario.

Feijóo se ha dirigido por carta a la ministra María Jesús Montero para exigir la devolución de los fondos a la mayor brevedad, y poder invertir así el excedente de las cuentas en «la sanidad» y el bienestar. «Eso es el autogobierno, el resto son discursos» , ha afirmado, después de que el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga acusara al PP de seguir «la agenda impulsada por Vox».

Esa «pulsión recentralizadora» , en palabras de Leiceaga, es la que explota el PSdeG, que ha vuelto a traer a la Cámara una hoja de ruta para ampliar el techo competencial de Galicia. Los populares, sin embargo, replicaron de nuevo con la necesidad de blindar el traspaso de la AP-9 –en punto muerto tras la disolución de las Cámaras—. y recordaron que su planteamiento (reflejado vía enmienda a la ley en el Congreso) pasa por un cambio la explotación que permita revertir millones de euros en peajes pagados con fondos públicos.

Discrepancias, en fin, que dieron pie a Feijóo para atacar el escaso compromiso de Sánchez con los gallegos . El mandatario recordó que desde que fue investido presidente del Gobierno, y pese a efectuar 20 viajes internacionales, solo le quedó una autonomía por visitar: Galicia.

El gallego en la administración

El otro punto de choque en la sesión de control celebrada en el Parlamento ha girado en torno al idioma. Alrededor del gallego, más concretamente. Leiceaga se ha mostrado preocupado por la posición «de perfil» adoptada por Feijóo ante el discurso territorial de Pablo Casado , cuya última manifestación es la propuesta de convertir el castellano en lengua vehicular en la administración y evitar con ello que los idiomas cooficiales sean considerados como requisito.

En la Xunta, sin embargo, no ven problemas. Feijóo ha recalcado que el modelo del «bilingüismo cordial» que está implantado en Galicia es el preferido por la dirección nacional del PP y, ante las críticas del BNG, ha hecho un llamamiento a no hacer la «riqueza» lingüística «un problema». Ana Pontón le había acusado previamente de secundar la política de Casado –el «fiel heredero de la caverna de Aznar», dijo— y su intención de convertir el gallego en una «lengua de segunda». El Gobierno gallego ha insistido en los últimos días que el conocimiento de la lengua propia de Galicia es un requisito para ejercer la docencia y un mérito, en el caso de la sanidad.

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