El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una escuela infantil
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una escuela infantil - Xunta

Feijóo apela a la estabilidad institucional y critica a quienes prometen «paraísos ilusorios»

El presidente gallego ofrece su discurso de fin de año desde una escuela infantil

Santiago Actualizado: Guardar
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Si el año pasado había sido el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) como símbolo de la apuesta por la innovación, en esta ocasión el escenario escogido para que el presidente de la Xunta se dirigiese a los gallegos ha sido una escuela infantil, como muestra del compromiso con la infancia y la natalidad que marcará el 2016 para el ejecutivo autonómico.

Alberto Núñez Feijóo ha iniciado su discurso negándose a hacer «un balance frío de cifras y datos» de 2015, y ha expresado su felicitación hacia todos los habitantes de la Comunidad por «ser protagonistas de una hermosa historia». «Galicia es un buen lugar para convivir. No es casual que nuestro himno hable de un fogar». Y en este fogar ha insistido apelando a la cohesión social y a la solidaridad con aquellos que no pasan por sus mejores momentos.

El líder autonómico ha entroncado esta idea con el contenido más político de su discurso, pues en referencia a las formaciones emergentes ha apuntado que «sería poco responsable sugerir que existen fórmulas mágicas para disipar de forma instantánea todos los problemas. Nada más reprochable que ofrecer paraísos ilusorios que pronto se convierten en frustración». Y desde este punto ha recordado la que se ha convertido en una de las grandes reivindicaciones de su mandato, la de la estabilidad institucional. A ella ha apelado como gran artífice de la superación de las «turbulencias» de los últimos años y la delicada situación económica de la Comunidad sin perder de vista el mantenimiento de los servicios públicos.

Recta final de mandato

De este modo, Feijóo ha recordado las que serán líneas maestras de su Gobierno en este último año de legislatura, en la que un presupuesto que crece notablemente después de varios años permitirá la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones «para el 99% de los gallegos» o la «tarxeta Benvida» de ayudas a los recién nacidos, dos medidas que entrarán en vigor con el inicio del año. «Esto demuestra que la estabilidad no es la antítesis del dinamismo, sino precisamente su garantía», ha concluido.

El presidente ha encarado la recta final de su intervención volviendo al discurso más identitario para subrayar que «Galicia es el buen camino», y por ello aspira a ser «un buen lugar para vivir y para nacer». Además, ha apuntado que «lo más gratificante de estos años es la visión que muestran de nosotros fuera de aquí, porque Galicia es una referencia en España» y lo ha zanjado con una nueva felicitación a los gallegos por ser «los artífices de una buena tierra».

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