Dos niños participan en el Entroido Ribeirao de Chantada
Dos niños participan en el Entroido Ribeirao de Chantada - MIGUEL MUÑIZ

El entroido colorea la Galicia invernal

Los desfiles de disfraces y carrozas pueden con la lluvia en un carnaval al que aún le quedan fiestas pendientes

Santiago Actualizado: Guardar
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Con disfraces desde los más apegados a la tierra y la tradición de cada comarca hasta las creaciones más coloristas y atrevidas, miles de gallegos se echaron ayer a las calles para teñir de color las calles de ciudades y parroquias en el Martes de Entroido, la jornada típica de los desfiles de carrozas y los concursos por el mejor atuendo. Aunque la previsión de lluvia hizo temer por la suspensión, la situación mejoró durante la tarde y la mayor parte de las localidades pudieron celebrar sus pasacalles tal y como estaba previsto.

Hasta el concello orensano de Xinzo de Limia se desplazó la directora de Turismo de la Xunta, Nava Castro, quien siguió el recorrido de las pantallas, los característicos personajes de esta celebración.

Acudió, como mandan los cánones, provista de su correspondiente disfraz, tal y como se dejó ver en las redes sociales al compartir fotografías en un festejo que gana en popularidad con el paso de los años fuera de la Comunidad gallega. En las principales ciudades se congregaron numerosas personas. Así fue, entre otros, en Santiago o Lugo, donde hoy se apurará la fiesta con el entierro de la sardina o la quema del Meco, representado por Donald Trump.

Pero al entroido aún le quedan capítulos. En Xinzo, por ejemplo, el próximo domingo será de Piñata, con charangas, juegos populares y verbena. En Viana do Bolo, tras las sardinas de esta noche –que también se comen de forma popular en Vilariño de Conso– habrá torrijas para entrar con buen sabor en la cuaresma. En Maceda, no se enterrará al Meco hasta el día 10. Tampoco se apaga la fiesta en Lestedo, en el municipio coruñés de Boqueixón, que este domingo se congregará en torno a la filloa, postre por excelencia del carnaval de la Comunidad. Hasta allí se desplazarán los Xenerais da Ulla para uno de sus últimos atranques. En la misma jornada Cuntis, en Pontevedra, se llevará a la boca un buen plato de lacón con grelos. En O Carballiño, en Orense, se decantarán por la cachucha, servida en todos sus restaurantes en busca de la mejor receta.

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