Instalaciones de la empresa Linamar
Instalaciones de la empresa Linamar - CEDIDA
LAS MIL GALICIAS | LA TIERRA QUE RESISTE (II)

Lina Solla: «Hay que diferenciarse, en el sector del mejillón está todo por hacer»

La presidenta de Linamar empezó vendiendo el kilo de mejillón con un margen de beneficio de 5 pesetas. Corría el año 97 y un pequeño espacio en una tienda de ropa de Sanxenxo. Ahora su empresa factura 10 millones de euros al año

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Lina Solla San Martín
Lina Solla San Martín - CEDIDA

Lina Solla Sanmartín empezó vendiendo el kilo de mejillón con un margen de beneficio de 5 pesetas. Corría el año 97 y un pequeño espacio en una tienda de ropa de Sanxenxo —cerrada en invierno coincidiendo con la temporada baja— servía a esta empresaria como oficina. «Un ordenador, una impresora y un teléfono, no necesitaba nada más», señala. Hoy aquella pequeña empresa cuenta con 110 empleados y factura al año una media de 10 millones de euros. El espacio que antes ocupaba su mesa y su silla se ha convertido en una nave de 7.000 metros cuadrados en Cambados que convierten al grupo Linamar, dedicado a la comercialización de moluscos frescos (especialmente mejillón gallego) en una de las empresas más modernas del sector.

La suya es sin lugar a dudas una historia de superación personal. Divorciada y con dos hijos tenía que salir adelante. De padres hosteleros tuvo claro desde el principio que lo suyo era la venta. Los inicios no fueron fáciles, «tuve que empezar de cero», dice. Y lo hizo en un mundo, el del sector del mejillón, en el que entonces «mandaban los hombres». «¡Crisis, qué crisis!, después de todo lo que pasé en la vida la crisis económica no es nada», señala. Llega a pedir disculpas por ser tan sincera, pero matiza que «supe hacerme valer». Y vaya si lo hizo. Durante estos años de recesión Linamar no ha dejado de crecer en facturación. Exporta a Francia, Alemania, Suiza, Italia, Austria y Polonia. La clave: «Nuestra fuerte apuesta por la innovación y la calidad».

«Compro todo el producto en Galicia y a todos», señala para afirmar que «el mejillón es la segunda empresa en Galicia en facturación». Ni por un minuto duda del futuro de un sector que «da mucho dinero». «Mérito añadido teniendo en cuenta —acentúa— que estamos hablando de un producto cuyo costo promedio es de 1 euro».

Eso sí, Solla Sanmartín vio lo que otros niegan y es que «en el sector del mejillón está todo por hacer». Desde el inicio «supe que había que diferenciarse». Junto al envasado tradicional, comercializan mejillón en atmósfera protectora —se le inyecta óxigeno para que dure diez días fresco— y pasteurizado. Recién introducidos en el mundo de las salsas, también en este caso marca la diferencia: «Nuestras salsas son únicas y no se pueden comparar con ninguna de las que haya en el mercado». La asignatura pendiente en la que ya trabajan desde hace tiempo es el congelado, que «no tardará en llegar».

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