José Luis Jiménez - PAZGUATO Y FINO

Contubernio en Mariñán

Formoso y Sacristán quieren que el PSOE coruñés se abstenga en la moción de confianza

José Luis Jiménez
SANTIAGO Actualizado: Guardar
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La fontanería del PSOE coruñés está haciendo horas extras con la vista puesta en la moción de confianza planteada por Xulio Ferreiro para sacar adelante sus presupuestos. La gestora local, mayoritariamente, es partidaria de plantarse de una vez ante los desprecios de Marea Atlántica y aboga por el voto en contra, que junto con el previsible del PP en ese mismo sentido, tumbarán las cuentas del alcalde y abrirán esos 30 días de incertidumbre hasta la hipotética moción de censura.

Por alguna razón misteriosa y oscura, la dirección provincial del PSdeG quiere que sus concejales se abstengan, restándole importancia al relatorio de gestos desabridos que el populismo ha tenido con ellos desde que accedieron a María Pita. Para seguir ablandando a la gestora, este miércoles se convocó una comida en el Pazo de Mariñán (curioso uso partidario para una instalación pública), auspiciada por el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, y a la que acudieron el líder provincial, Julio Sacristán, su mano derecha Emilio Vázquez, Julián Reina y Bernardo Fernández, alcalde de Pontedeume.

Los cinco ejercieron de rodillo para intentar amasar a Florencio Cardador, presidente de la gestora, para que reúna de nuevo a la dirección interina y les convenza de la conveniencia de la abstención.

Es previsible que esa reunión se produzca este mismo jueves, del mismo modo que parece improbable que el contubernio de Mariñán surta el efecto deseado. ¿Y por qué esa aparente rebelión de la militancia de base coruñesa ante los designios de sus dirigentes provinciales? ¿Capricho? ¿Encono? ¿O arranque de dignidad? Desarrollemos esta última idea. Hay un amplio sector del socialismo herculino que está viendo el negrísimo panorama a corto y medio plazo que se les viene encima. Son conscientes de que la Marea les está comiendo su espacio electoral, y lejos de replicar para recuperarlo, los ideólogos socialistas lo que hacen es seguir negándole el pan y la sal al PP. Una exacerbada miopía política más debida al sectarismo que a la lógica de los tiempos.

Defiende González Formoso con acierto que es necesario recuperar el PSOE para la gobernabilidad de las instituciones. Pero esta afirmación es incompatible con seguir alfombrándose al populismo, su verdadero rival político y no el centro-derecha que representa el PP, hoy sin un referente claro en la ciudad de La Coruña mientras no se entronice a Beatriz Mato.

Probablemente un primer paso para recuperar espacio sea hacerle perder a Ferreiro su moción de confianza. Porque le bajará los humos, y de paso obligará al PP a moverse y salir del rincón en que se ha aislado desde que perdió el gobierno. Serán treinta tensos días en María Pita, en los que la lógica invita a pensar en que no saldrá adelante la censura. Pero cosas más raras se han visto.

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