Juan Soto - El Garabato del Torreón

Contabilidad como propaganda

¿Tan necesitados están los gobiernos para hacer trampas en San Froilán?

Juan Soto
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Entonces, la adhesión inquebrantable al general superlativo se cifraba simbólicamente en aquel «más de un millón de españoles» que acudía espontáneamente a la madrileña Plaza de Oriente siempre que la ocasión lo requería, ya fuera en diciembre de 1946, cuando la ONU nos agravió con la retirada de embajadores, ya en octubre de 1975, cuando los comunistas europeos protestaron contra la ejecución sumarísima de cinco penas de muerte. Aquella contabilidad por redondeo abrió portadas hasta que el sujeto destinatario entregó su alma a Dios. En efecto, en ocasión de los fastos funerario/patrióticos de primer aniversario algún diario madrileño se tomó la molestia de encargar la ubicación de la Plaza de Oriente y calles adyacentes, y traducirla en unidades de patriotas de carne y hueso.

El arqueo rebajó el antiguo entusiasmo a niveles de realidad aritmética: el «más de un millón de españoles» se quedaba, como mucho, en cincuenta mil. Algunos no hemos logrado reponernos de tal decepción.

Urge también en el Concello de Lugo la puesta en marcha de una brigada de recuento de individuos, formada por personal reclutado entre los servicios de topografía y los de contabilidad. Más que nada, para que alcaldes, alcaldesas y subalternos no nos tomen por imbéciles. ¿O es que no es tomar por imbéciles a los ciudadanos cuando se les dice, en nota oficial y a medio de publicidad pagada, que Lugo recibió 600.000 visitantes en el Arde Lucus y «más de 550.000» en el último San Froilán?

¿Sabe esta gente que la población de la provincia de Lugo no supera los 350.000 habitantes? ¿Conoce, siquiera por aproximación, que el número de camas en los establecimientos hoteleros de la provincia no llega a 9.000? ¿Cómo es posible que un año tras otro las autoridades consistoriales se burlen abiertamente del buen sentido de los ciudadanos? ¿Cómo se explica que desde la oposición se asista impunemente a la falsificación y publicación de unos datos deliberadamente falseados? ¿Tan necesitados de propaganda están los gobiernos municipales para tener que hacer trampas hasta con el bueno de San Froilán? En resumen: se impone un repaso a la tabla de sumar.

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