La Audiencia ordena reabrir la causa por los insultos a Silva

Los insultos sexistas vertidos por el exconcejal de Moraña Jorge Caldas –presentó su renuncia voluntaria tras la polémica– contra la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, deben ser investigados. Seis meses después de que el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Pontevedra acordase el sobreseimiento provisional de la causa, la Audiencia Provincial ordena reabrir un proceso que «se cerró precipitadamente».

Los descalificativos cruzados entre el exteniente de alcalde de la localidad pontevedresa y un vecino de la misma en una red social motivaron que se abrieran diligencias. Expresiones como «mala zorra y sinvergüenza», entre otras, que la titular del citado juzgado pontevedrés entendió que «aunque soeces, no tienen otro alcance que el de poner de manifiesto una disconformidad».

Los hechos ocurrieron tras un tenso pleno, celebrado el pasado 29 de febrero y a puerta cerrada, en el que la institución provincial se negó a financiar la celebración del Rally Rías Baixas.

Entendía, y así lo hizo constar la instructora en su auto de archivo –contra el criterio de la Fiscalía y la Diputación–, que los mensajes difundidos «no han transgredido los límites del derecho a la libertad de expresión», extremo que ahora matiza la Audiencia Provincial, pues argumenta que no se practicó «diligencia alguna tendente a indagar la verdadera finalidad de las expresiones publicadas», dando la razón a los recurrentes que consideran las manifestaciones «ofensivas y difamatorias, al menos en su tenor literal», criterio con el que dice coincide.

En opinión del tribunal, «no se puede perder de vista que tales expresiones no se pronuncian en dicho pleno, sino horas después, y a través de una red social de gran difusión», de ahí que revoque «íntegramente» la resolución del juzgado y ordene que se practiquen «las diligencias de investigación que se consideren necesarias para el total esclarecimiento de los hechos».

Una decisión que la propia Silva no tardó en celebrar: «En esta sociedad tenemos que ser capaces de poner límites a todas las violencias machistas», dijo, para recordar que fue objeto de insultos «gravísimos».