Imagen de la fachada del museo San Pío V
Imagen de la fachada del museo San Pío V - ROBER SOLSONA
CULTURA

Trabajadores del San Pío V se rebelan ante la nueva dirección, impropia «de un gobierno progresista»

Los funcionarios afectados por los cambios de horarios y tareas se concentrarán este mes ante las puertas del museo

VALENCIA Actualizado: Guardar
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El clima de trabajo en el San Pío V no ha mejorado un ápice desde que el nuevo Gobierno autonómico delegó provisionalmente la dirección del museo en José Ignacio Casar Pinazo. El colectivo de subalternos y auxiliares de servicios funcionarios del Museo San Pío V afectados por los cambios organizativos aplicados por la nueva dirección seguirá adelante con las concentraciones previstas para los últimos tres domingos de enero. De nada ha servido la propuesta -emitida verbalmente por la gerencia, según declaran los trabajadores- para desconvocar las protestas a cambio de días libres.

La primera polémica del año en el Museo de Bellas Artes de Valencia tiene origen en la cancelación del contrato con la empresa privada Sabico, y la consiguiente reasignación de horarios y tareas a 18 funcionarios del centro.

La nueva medida obligará a subalternos y auxiliares a trabajar a partir del 16 de enero durante los fines de semana y festivos. La dirección argumenta que así se ahorrarán costes, puesto que la empresa de vigilancia entrante (Vinsa) tendrá que hacerse cargo de la seguridad en las salas, mientras que el control de accesos (que antes realizaban cinco personas de Sabico) se asumirá por la propia plantilla del centro.

Paralelamente, la portavoz de este grupo de trabajadores, Ana Pérez Salvador, denuncia que los auxiliares –encargados habitualmente de funciones administrativas- deberán asumir tareas por debajo de su capacitación, obtenida mediante dos oposiciones de promoción interna.

Por su parte, fuentes de la dirección del centro manifiestan que «la propuesta elaborada por los subalternos no cubría el servicio de atención a las oficinas del museo y les liberaba 24 horas de trabajo cada tres semanas». También aclaran que «no se ha despedido a nadie», ya que el control de acceso lo venía realizando una empresa externa, «y el nuevo contrato de seguridad de la Conselleria no permite contratar auxiliares».

Por último, los trabajadores consideran un «engaño» la promesa de aceptar las comisiones de servicio solicitados por la incompatibilidad del nuevo horario con las condiciones familiares. «Parece mentira que esta intransigencia venga de un gobierno supuestamente progresista», afirma su portavoz. Como respuesta, la dirección afirma que «las comisiones de servicio se aceptarán si se acepta desde función pública».

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