El Valencia logra un punto de fe y de sacrificio ante el Barcelona

Cuando uno se encuentra en apuros, en crisis, puede mirar de frente al problema, medirse y procurar salir del atolladero o recrearse en el lamento, en lo dramático de la situación y plegarse, incluso mirando hacia otro lugar pensando que la cosa oscura pasará sola o, peor, que no se puede hacer nada. Voro, el necesario interino del Valencia, un tipo con sobrado cuajo en el fútbol veraz, que lleva la casa grabada en su piel, es de los de reclutar a quienes tienen pulso y quieren, con carácter y firmeza, resolver el asunto.

Y la cuestión en Mestalla para recibir al Barcelona fue que ya se ha engullido un tercio de la campaña con un equipo sin identidad y depresivo; con la salida -tardía, pero finalmente ejecutada- de Nuno Espirito Santo como técnico valencianista -Gary Neville, su sustituto, vio desde el palco privado de Meriton el partido antes de debutar en Champions frente al Lyon-; con una colección de hasta diez bajas por lesión o sanción -Voro tuvo que completar la convocatoria con cuatro futbolistas del filial-; y ante un Barcelona que vive un momento dulce en lo físico, pues técnica y tácticamente es una evidencia que anda sobrado.

El Valencia acudió a la garra, al sacrificio, a la responsabilidad y saber de sus limitaciones para explotar las herramientas que poseía para acabar firmando un empate ante un extraordianario rival.

Voro tiró de praxis ordenada y ligada al estado actual del Valencia. Decidió plantear un equipo bien recogido, serio y ante todo competitivo -y de eso ya hacía falta- en lugar de salir a tutear en lo ofensivo al Barcelona. La pelota fue para los de Luis Enrique en el primer tiempo. El costado por el que entraba Neymar -futbolista en momento brillante- lo defendía un Vezo que sufrió en la reconversión a lateral, pero que por momentos cumplió y en ningún caso se amilanó. Lógicamente, con el Valencia procurando guardar las espaldas y el balón en posesión barcelonista y con Messi, Suárez y Neymar enfocados hacia el área de Jaume, pues las ocasiones se sucedieron. Tuvo el Barça en cantidad oportunidades para adelantarse, pero a medias entre la falta de eficacia y el músculo defensivo local no pudo tomar ventaja en el primer tramo de partido.

Los jugadores de Voro entendieron que era día de ponerse el mono de trabajo, anudarse el pañuelo a la cabeza y mezclar el pulso alto con la frialdad para no errar. La proyección fue a la contra. Hacia la media hora, Piqué agarró a Enzo Pérez, que entraba en carrera al área de Bravo, y el argentino fue al verde, pero el árbitro no vio penalti.

Un grupo con pulso

No se encontró Suárez. Buen trabajo de Santos y Abdennour. Y desesperado el uruguayo tuvo sendos malos gestos si opción de jugar el balón con Jaume y Abdennour. Pero Jaime Latre aguantó la amonestación. Precisamente Suárez, partiendo al filo del fuera de juego, ganó la espalda al tunecino camino de la hora de partido para ingresar en el área y batir a Jaume. Y sucedió en una fase en la que el Valencia sujetaba al Barça.

Progresó el negociado entre el gobierno del balón visitante y la capacidad de sufrimiento, siempre compitiendo, local. Nunca perdió la fe. Tuvo paciencia el Valencia. Y encontró premio. Balón largo a Paco Alcácer, que se vacío, ganó y protegió ante los centrales barcelonistas y asistió a Santi Mina para que empatase. Tremendo partido en un Mestalla volcado con un equipo que esta vez sí cumplió.

Ficha técnica:

Valencia: Jaume; Vezo, Santos, Abdennour, Gayá; Danilo, Parejo, Enzo Pérez (Bakkali, m.73); Santi Mina (Tropi, m.88), De Paul (Piatti, m.83) y Paco Alcácer.

Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Busquets, Rakitic, Iniesta; Messi, Suárez y Neymar.

Goles: 0-1. m.59: Luis Suárez. 1-1. m.86: Santi Mina.

Árbitro: Jaime Latre (Comité aragonés). Amonestó a Parejo, Danilo, Gayá por el Valencia, y a Mascherano por el Barcelona.