Rafael Candela* - FIRMA INVITADA

Marca España

«La Marca España será tan fuerte o tan débil como los españoles la hagamos»

Rafael Candela*
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Marca España es el proyecto más ambicioso para promocionar la imagen exterior e interior de España, así como los valores positivos, los logros empresariales y, en suma, el potencial económico, cultural, deportivo, tecnológico y de toda índole que atesora nuestro país. Se trata de una iniciativa nacida en el año 2012 para promocionar la imagen y los valores positivos de nuestro país. Una idea impulsada desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo titular es el cabeza de lista del PP por Alicante, José Manuel García-Margallo.

Pero más allá de todo eso, Marca España nació de un estado de rebelión ante la crisis de la mano de un grupo de personas inconformistas, que antepusieron su amor a la Patria –sí, la Patria- y transmitieron a todo el planeta la confianza en un país que vivía sus horas más bajas y un alarmante estado de depresión en todos los sentidos.

Personalmente, creo que su punto de partida quedó plasmado en la conversación que mantuvo el propio García-Margallo con Hillary Clinton el 4 de febrero de 2012 en el transcurso de la Conferencia de Seguridad de Munich. Una reunión que el ministro inició con una frase que en sí misma mostraba una auténtica declaración de intenciones: «Miss Clinton, España ha vuelto». Las palabras del ministro se convirtieron en una realidad, como lo demuestra el informe de JP Morgan el 11 de febrero 2014, titulado «Spain is back», en el que hacía hincapié en las proyecciones de crecimiento de España para ese año.

Efectivamente, España volvía a ser un aliado de referencia, un Estado en el que se podía confiar y un referente de políticas serias y acertadas con unas proyecciones de crecimiento que alejaban aquel juego de palabras entre «Spain» y «pain» (dolor) de tiempo atrás. Pero, por encima de todo ello, España se convertía en un país que quería serlo de verdad y pretendía resucitar el orgullo de sentirse español más allá de cualquier otra consideración, huyendo de las luchas cainitas, de la radicalidad extrema. Una idea que unía frente a los tambores de disgregación creciente que crecían en nuestro territorio.

Si ustedes tienen o han tenido la oportunidad de visualizar alguno de los vídeos que la propia Marca España ha lanzado, habrán tenido acceso a información que muestra el auténtico potencial e importancia de España a nivel mundial. Y cómo la influencia real como país ha crecido exponencialmente por la participación en proyectos punteros de lado a lado del mundo. En suma: hoy, España es protagonista en los mismos escenarios que hace apenas un lustro era convidada de piedra.

Hace ahora poco más de seis meses, con motivo de la campaña electoral de diciembre, el ministro Margallo relataba que había ofrecido a todos los partidos políticos que concurrían a esas elecciones el primer vídeo Marca España para proyectar en sus actos. Sin embargo, sólo el PP decidió utilizarlo.

Me viene a la memoria una cita atribuida a Bismarck, quien afirmaba que «la Nación sin duda más fuerte es España. Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo volverán a ser la vanguardia del mundo». Y, precisamente, ese es el objetivo de Marca España, que como en la canción de la malograda Cecilia, que luego tuvo múltiples versiones pretende ser «paloma buscando cielos más estrellados donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar».

Recuperar, en suma, el orgullo de ser español. La españolidad por encima de cualquier otra consideración, porque sólo desde la unidad, desde el esfuerzo común y desde el dialogo seremos capaces de construir un futuro de empleo, crecimiento y prosperidad.

España afronta a día hoy su momento más difícil desde aquella transición de 1978. Y, como entonces, se hace necesario un espíritu de consenso, donde cada uno se ponga en el lugar del otro y superponga la generosidad, la responsabilidad y la humildad a las tentaciones partidistas. Sólo de ese diálogo abierto, sincero y constante se pueden esperar frutos. Hay que recordar que los padres de la Transición de 1978 pudieron conseguirla porque antepusieron España y el bienestar de los españoles sobre cualquier otra cuestión. Y que esa es la propuesta subliminal que nos envía Marca España: ¿por qué malgastar nuestro tiempo en lo que nos separa cuando es mucho más lo que nos une, lo que nos hace nos fuerte en un paisaje repleto de retos?

Viene un enfriamiento de la economía a nivel mundial, la necesidad de dar una respuesta global al problema global del terrorismo, una amenaza en forma de propuestas falsamente populistas y realmente separatistas, de responder al problema que supone una Europa con los caminos colapsados de inmigrantes que vienen de la guerra y buscan la paz. Cuestiones a las que debemos dar respuesta desde la fortaleza como país. Y, a nivel interno, un envejecimiento paulatino de la población, la llegada de continuas generaciones que buscan un lugar activo en el mercado de trabajo, la obligación de luchar contra la corrupción en todas sus formas, la importancia de culminar el cambio del modelo productivo y de afrontar una reindustrialización.

Factores todos ellos esenciales y que obligan a partidos y personas con responsabilidades a dar ejemplo en la solución. Cuestiones de una trascendencia tal que deberían por sí mismas a fomentar la unión entre los partidos constitucionalistas.

«La Marca España será tan fuerte o tan débil como los españoles la hagamos», decía hace unos días José Manuel García-Margallo en un acto en la Diputación de Alicante. «Y ello no depende tanto de la opinión de los de fuera como de nuestra propia confianza», concluía. Así, lo creo yo también. Responsabilidad, diálogo, generosidad, altura de miras y, sobre todo, un inmenso amor a España y a los españoles. Esas y no otras son las condiciones. No debemos desandar lo avanzado y no debemos avanzar desandando. Ese es el reto y eso es lo que nos dice, a cada instante, el significado de Marca España.

* Rafael Candela es vicesecretario de Organización del PP de Alicante

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