Vicente Vera - Cambridge circus

España indómita

«Podría ser novedoso plantearse una sugerencia para cambiar el modelo de selección de nuestros políticos»

Ilustración: Carlos Javier

Es raro en mí iniciar mis reflexiones con este halo de solemnidad. Trataré de explicárselo si el despertar de mis musas -ya conocidas por ustedes- son capaces de ordenar mis pensamientos y poder contarles algunas de mis opiniones respecto a lo que nos está pasando en el ámbito político y económico, pero no solo y ocasionalmente en nuestra España querida sino en un marco ya muy globalizado. Como siempre sucede, pasan cosas buenas y otras no tanto. Todo obedece a dos cosas, a dos hechos que casi no tienen nada que ver la una con la otra. Les explico. Acabo de leer un magnífico libro de poemas cuya autora es Claribel Alegría (1924-2018) Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2017. Amor sin fin es el libro, un poema muy profundo y misterioso, siendo su objetivo final convocar a su amor vivo y vital.

Claribel nos declama su estrella indómita y me permito suplantar con su aquiescencia la transformación del mismo por España Indómita, y justo en este poemario nos dice algo interesante: “Soy Casandra me he vuelto de pronto silenciosa /soy la loba Casandra y solo aúllo /y me asombro del mundo/que día a día empeora/ ¿cómo cantar esto mi juglar?”. Y aquí es donde yo quería ir a parar, es difícil no asombrarse ante el cariz que están tomando las cosas tanto aquí como allí (universo global). Respecto a la vida política nacional, estaba pensando que podría ser novedoso plantearse una sugerencia para cambiar el modelo de selección de nuestros políticos . Al igual que desde la Comisión Europea y el Banco de España se obligaba a los bancos a someterse a ciertos exámenes rigurosos de sus estados financieros y expectativas de saneamiento de sus cuentas de resultados, aumentar el colchón de capital o buffers, el llamado estrés bancario; sería muy aleccionador que los políticos candidatos a ocupar escaño se sometieran también a determinado estrés político de tal modo que pudiésemos conocer con absoluta transparencia los objetivos y limitaciones de todos y cada uno de los candidatos. De este académico modo, el votante tendría una información exhaustiva de la integridad moral de sus candidatos preferidos. En definitiva, una mayor rigurosidad en el reconocimiento y veracidad del talento .

Ilustración: Carlos Javier

Otra opción para limitar el desasosiego parlamentario consistiría en fomentar la implantación de la robótica ante los comicios venideros. A la luz de los acontecimientos recientes, de nada sirve disponer de una clase política, de una casta tan abundante y prolífica. Piensen en el caso autonómico catalán, no se abre el parlament, no se legisla a favor de los más vulnerables y necesitados. De igual modo, recuerden esa escena grotesca de enfrentamientos dialécticos inútiles buscando la mofa y la ridiculización entre unos y otros. Y todo ello, con el presupuesto de los contribuyentes . Permítanme que les confiese, aunque sea una obviedad, que estamos ante una situación complicada y no es de recibo que continúe el espectáculo con rufianes de esta ralea. No sería una ardua tarea esta de la robotización colaborativa, al final se obtendría una mayor eficacia legislativa y un notable aumento de la productividad del Congreso y Senado. Esto es, la sociedad digital y la inteligencia artificial dan un paso de gigante en la gestión pública y tramitación legislativa.

Convendrán conmigo en que un gobierno integrado por personas cualificadas y talentosas aseguraría que la tripulación de la nave hacia un estado de mayor globalización económica fuese más segura y óptima ante los retos y argucias que los demás países competidores tientan con sus frecuentes triquiñuelas a nuestros representantes en los sucesivos encuentros diplomáticos. Son momentos de defensa de nuestro saber hacer democrático. Como señala el economista y profesor de política económica en Harvard Dani Rodrik, “hemos ido muy lejos en muchas áreas de la globalización. En un mundo dividido políticamente no se puede aspirar a una integración económica completa y hay que moderar las ambiciones sobre el nivel de globalización posible”.

Afortunadamente, y para calmar nuestra ansiedad interior, presionados por el ruido de tanta agresividad y violencia exterior y también en nuestro entorno hispano e indómito, nos debemos congratular todos, jóvenes y mayores, por el reciente 90º aniversario de una de las creaciones más notables del genio Walt Disney -quién no ha visto o leído alguna vez en su vida aventuras de este ser casi humano Mickey Mouse-. Nacido un 18 de noviembre de 1928 en el Teatro Colony de Nueva York cuando se proyectó el cortometraje Steambot Willie, disfrutando de su primer papel protagonista. Este gracioso y divertido personaje fue también el inicio de un fenómeno global que todavía perdura. Quizá ignoraba que el famoso crack del 29 estaba a la vuelta de la esquina. El derrumbe de Wall Street supuso un trágico desenlace para banqueros, empresarios y el repentino aumento del desempleo. Por diversas circunstancias del mercado, las tiras cómicas de este Mickey empezaron a crecer de manera exponencial, así como el consiguiente merchandising, de tal suerte que consiguió generar cientos de pequeñas empresas y miles de puestos de trabajo.

Recuerdo muy vivamente mis lecturas de aquellos tomitos editados por Bruguera con recopilaciones de este personaje cumpleañero y el resto de una fauna Disney que fueron haciéndole compañía poco después, como Dumbo, Pato Donald, Bambi y un largo etcétera. Considero que no debemos pensar que nos pudieran tildar de infantiles si volviésemos a refugiarnos en ocasiones en esta literatura en compañía de nuestros hijos y nietos intentando que no todo sea codicia, injusticias, violencia y otras depravaciones que esta sociedad que se nos ha ido de las manos nos está dejando para nuestro disgusto e insatisfacción. Por ello, lanzo un mensaje de concordia a todos los pilares de la gobernanza nacional e internacional, para intentar que sigamos construyendo esta globalización, pero sin arrogancia y sin poner en peligro vidas de personas inmersas en esta insolidaria dinámica económica. Al contrario, fortalecer las políticas sociales y de concienciación económica con fines justos como la creación de nuevas empresas, fortalecer el diálogo entre los científicos y las empresas. En una palabra, todos deseamos acabar con las penurias económicas que se dan en el seno de las sociedades; para contribuir a este objetivo es inevitable contar con políticos/robots, que trabajen con fruición y avancemos por esa senda de crecimiento económico y como personas dignas.

Confío en que seamos todos capaces de poner nuestro granito de arena e intentemos frenar, como nos decía Claribel Alegría, que el mundo no siga empeorando. Celebremos también con alegría esta longevidad de un personaje que nos hizo y nos hace vibrar con nuestras emociones ante sus movimientos y diálogos tan inocentes. Para terminar, como no podía ser de otra manera, celebremos con emoción el 40º aniversario de nuestra Constitución . Quienes tuvimos la oportunidad de compartir aquel momento de la Historia de España ansiamos que seamos algo menos indómitos y más sensatos con lo que tenemos y valorarlo en su justa medida, admitiendo que se hace necesario actualizar determinados aspectos que necesariamente hayan podido quedar obsoletos.

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