Juan Zumalde - VERLAS VENIR

Entre el terremoto y el tsunami

«Se acabó la forma de repartir el poder político que conocemos desde que volvió la democracia a nuestro país»

Juan Zumalde
VALENCIA Actualizado: Guardar
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Este miércoles la tierra ha temblado en Alicante. ¿Un avance de lo que viene el domingo? Seguramente. Esta tierra tiene la virtud de ser termómetro de la realidad. Y es cierto, estamos ante un auténtico terremoto político. Pero un terremoto como el de Alicante: suave y sin efectos.

Se acabó la forma de repartir el poder político que conocemos desde que volvió la democracia a nuestro país. El bipartidismo va a ser ampliamente superado por esta nueva realidad. Las fuerzas emergentes van a ocupar un puesto relevante en el escenario político nacional.

Y parece que eso preocupa, y mucho, a la ciudadanía. Yo quiero tranquilizarles. El terremoto que va a suponer ese cambio en el reparto de poder va a ser inocuo para el ciudadano.

Será duro para PP y PSOE, que tendrán menos puestos a repartir (en todos los sentidos) y bueno para Ciudadanos y Podemos (que tendrán más). Pero eso será todo. Las políticas de un gobierno que cuente con la participación, o con el visto bueno al menos, del PP o del PSOE (uno de los dos será imprescindible) no creo que vaya a traernos la revolución de octubre.

Probablemente, en los próximos meses, la situación general del país va a mejorar. Pero no será consecuencia más que de la situación económica que ya ha empezado a mejorar. La gestión de nuestros políticos tendrá el efecto que siempre suele tener en estas cosas: poco.

En fin, que el terremoto se va a dar en los despachos de los partidos políticos, donde unos sufrirán recortes en sus cargos de confianza y puestos de designación pública, y otros disfrutarán de nuevas posibilidades que ofrecer a sus acólitos.

Este último terremoto de Alicante no ha provocado un tsunami, que es uno de los efectos más temidos de los movimientos de tierras. Ha habido suerte. Pero tampoco olviden que hace unas semanas Valencia vivió su primera alerta por tsunami. Por primera vez en la historia se desalojó el puerto ante el temor a la subida de las aguas marinas. Al rato comprobaron que, efectivamente, el nivel del agua subía mansamente en torno a un metro. Los trabajadores volvieron a sus puestos en el puerto. Y como siempre no pasó nada. Lo mismo que pasará este domingo.

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