Imagen de archivo de Peter Lim entrando al césped de Mestalla
Imagen de archivo de Peter Lim entrando al césped de Mestalla - EFE
FÚTBOL - Análisis

Lim debe proteger su inversión

La situación deportiva del Valencia resta al producto empresarial. Neville no muestra soluciones y el empresario debe decidir

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Para el aficionado y muchos de los empleados del club o jugadores que han pasado por Mestalla, el Valencia es un sentimiento. Para la gente de fútbol en líneas generales, desde luego es un club de fútbol. Pero nunca hay que perder de vista el elemento empresarial. Y más en las Sociedades Anónimas Deportivas. Peter Lim adquirió la mayoría accionarial de la entidad valencianista (el setenta por ciento del capital social) a finales de 2014. De los cien millones que suponían la compraventa con la Fundación VCF, una cuarta parte la abono en líquido, mientras que suscribió un crédito con Bankia para cubrir lo restante.

El empresario asiático desarrolló dos líneas de crédito con el Valencia. Primero, una de 100 millones.

Más tarde, otra de 80 millones. Y en la Junta General de Accionistas del pasado mes de diciembre se aprobaron los planes de Meriton Holdings, empresa de Lim, para activar un proceso de ampliación de capital de la SAD, para el que el singapurense, y verbalizado por la presidenta del Valencia y mano derecha de éste, Layhoon Chan, suscribiría cien millones, subrayando así su compromiso con el Valencia.

Es justo decir que Lim ha hecho una apuesta real e importante en términos económicos por el Valencia. Una empresa dentro su holding, de la que cuenta con un setenta por ciento de las acciones. A la postre, como empresario, un producto por el que intentar multiplicar su valor, pensando por qué no en una futura venta u otro tipo de operaciones lícitas.

Desarrollado a grandes rasgos el asunto desde el punto de vista Lim-empresa, resulta difícil de comprender cómo no se han dado ya cambios drásticos respecto al presente más absoluto para que ese producto no se devalúe más. Y para ello evidentemente hay que volver al factor club de fútbol. Gran parte del éxito está en que los resultados acompañen.

Ahora mismo, el Valencia está rotundamente lejos de los objetivos marcados de participación en Champions, lo cual supone suculentos ingresos económicos; incluso de la clasificación para puestos de Europa League; está situado a sólo cuatro puntos de la zona de descenso en la Liga; ya fue apeado de la Champions en la fase de grupos; está virtualmente fuera de la Copa del Rey tras el desastroso y ridículo 7-0 ante el Barcelona; y las circunstancias no dan sensación de que la eliminatoria de la Liga de Europa, donde espera el Rapid de Viena, pueda suponer una inyección de oxígeno.

Un entrenador necesario

Gary Neville, socio de Peter Lim, no ha mostrado capacidad para enderezar lo que ya empezó mal con Nuno Espirito Santo, al que llevó al Valencia Jorge Mendes, consejero exterior de Lim. El empresario decidió que el británico, una leyenda indudable como jugador del United, asumiese el puesto que quedó vacante con la destitución de Nuno. Y lo hizo con la única experiencia en los banquillos de ser segundo de Roy Hodgson en la selección inglesa. Cargo que no ha dejado.

La herencia que recogió del preparador luso no era buena. La única alegría esta temporada del parroquiano valencianista llegó con el buen y escueto parentesis de Voro en lo deportivo (aquel empate en partido de Liga ante el Barcelona). Neville no ha conseguido redirigir el mal rumbo que ya llevaba el Valencia. Los resultados y la imagen del equipo, en realidad, advierten que cae sin frenos. Y se ha llevado adjetivos el actual Valencia como depresivo, desastroso, ridículo... Un club con casi 97 años de historia y poso nacional e internacional.

Y el producto se devalúa. Y más lo haría ante una situación aún más dramática. Doce partidos consecutivos sin ganar ya en Liga, de los que nueve han sido con Neville en el banquillo. De modo que Lim tendrá que reaccionar para proteger su apuesta empresarial y su inversión. Tiene la última palabra. La dirección deportiva que dirige Jesús García Pitarch rastrea la situación de entrenadores con cuajo para arreglar el entuerto. Y no es fácil. Entrenadores con hojas de servicio como técnicos avaladas: Joaquín Caparrós, Juande Ramos, Manolo Jiménez, el propio Voro. Lo primero es frenar la caída. Y se verá si el elegido, si llega, lo es también para el próximo curso o se piensa en otro: Rafa Benítez, Manuel Pellegrini, Paco Jémez...

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