Arte, engaño y juegos de percepción

Existe la idea equivocada -más extendida en España que en otros países de nuestro entorno europeo- de que las galerías de arte contemporáneo son solo cosa de ricos, expertos o diletantes. A muchas de las personas que visitan museos no se les ocurre traspasar la puerta de una galería si saben de antemano que no van a adquirir ninguna obra. Otros no lo hacen porque anticipan que no van a “entender” lo que allí se expone. Pero las galerías son algo más que comercios de arte. De hecho, al frente de ellas encontramos a veces a verdaderos agitadores culturales, gestores que no solo se preocupan por vender (que también), sino por abrir su casa gustosamente a todo aquel con predisposición a conocer cosas nuevas.

Y es precisamente en las galerías (en algunas de ellas) donde encontramos la última expresión del arte contemporáneo; antes incluso de que éste entre en el circuito institucional de los museos.

En Valencia tenemos ejemplos de galeristas inquietos como Ismael Chappaz y Juanma Menero (de Espai Tactel), Rosa Santos u Olga Adelantado. Tomamos en esta ocasión a esta última para hablar de “A certain state of mind”, exposición de la que es comisaria junto a Solene Guillier en la galería Luis Adelantado de la calle Bonaire. Esta propuesta (de las más estrictamente modernas de cuantas nos ha deparado la pasada temporada otoñal), cerrará sus puertas el próximo 14 de enero para dar paso a la muestra “Brea Flúor”, de Juan López y Carlos Maciá, dos artistas vinculados a las intervenciones urbanas.

“A certain state of mind” (cuya traducción del inglés sería algo así como “Un cierto estado mental”) es una muestra colectiva que reúne trabajos de seis artistas jóvenes con pujantes trayectorias internacionales: Ting-Ting Cheng (Taiwan, 1985); Ryan Gander (Inglaterra, 1976); Mark Geffriaud (Francia, 1977), Roman Ondák (Eslovaquia, 1966); Yann Sérandour (Francia, 1974) y Rubén Guerrero (España, 1976).

La exposición, de corte conceptual, introduce al visitante en una sucesión de juegos percepción e ilusionismo para demostrar cómo nuestra mente nos lleva donde quiere; cómo tiende a engañarnos para sacarnos de la perplejidad y devolvernos a nuestro anhelado espacio de confort, que es aquel en el que todo encaja (o al menos así lo creemos).

Mediante la utilización de distintos lenguajes artísticos (desde la instalación hasta la fotografía y la pintura), la exposición nos presenta trampas visuales, conversaciones escritas sobre una pared –ficticias o no; no lo sabemos-; una caja de alquimia cuyo interior encierra una serie de artículos que no llegamos a ver, pero en los que nos invitan a creer ciegamente; lienzos que ponen en cuestión los límites de la pintura en el siglo XXI… Distribuidas a lo largo de todas las plantas de la galería, estas piezas encadenan un itinerario divertido e irónico que es mejor descubrir en primera persona. La muestra requiere apoyo documental o visita guiada, pero no se desanime, porque la galería Luis Adelantado ofrece ambas posibilidades a los visitantes.