«Madama Butterfly» llena el Liceu este mes de enero

La tragedia de Cio-Cio San regresa a Barcelona con la misma producción que ya se pudo ver en 2013

La obra de Pucinni regresa al Liceu convertida en una apuesta segura Antoni Bofill

Pep Gorgori

Este sábado vuelve a Barcelona una de las óperas más icónicas del repertorio, «Madama Butterfly» , de Puccini. Ha sido representada cerca de doscientas veces en el Liceu y, aunque la producción data de 2006 y se repuso ya en 2013, la expectación que genera esta obra se mantiene intacta. No se ha colgado aún el cartel de «localidades agotadas», pero las que quedan a la venta son pocas y dispersas. Y eso que el teatro ha subido precios especialmente para la ocasión, llegando hasta los 317’90€ por butaca. Con todo, aún quedan entradas a precios más asequibles, situándose las más baratas a 15€.

La tragedia de Cio-Cio San, apodada «Madama Butterfly» por el norteamericano sin escrúpulos que la abandona tras dejarla embarazada, sigue siendo garantía de éxito. Esto da un considerable margen de confianza a los programadores y, como un equipo de fútbol que da la victoria por asegurada, es una oportunidad para echar mano de la «cantera». En este caso, de cantantes que o bien no han actuado nunca en el Liceu o no han cantado nunca antes sus papeles en un teatro de ópera.

Arteta, con faringitis

Así, de los 14 artistas que suben al escenario en la producción que se estrena mañana, seis pertenecen a la primera categoría y siete a la segunda. La soprano vasca Ainhoa Arteta, que debía estrenarse como Butterfly en esta producción, ha cancelado sus dos primeras funciones a causa de una faringitis. «Los ensayos han sido muy intensos», advertía Scheppelmann en rueda de prensa horas antes de que se conociese la noticia.

Lianna Haroutounian , soprano que debuta en el Liceu con el papel protagonista, explica que este rol de Butterfly es «emocionalmente muy intenso», y «es difícil revivir esta emoción en cada una de las funciones y al mismo tiempo mantener el control sobre la voz». El director musical, Giampaolo Bisanti, considera que Butterfly es como el Sol alrededor del cual «giran todos los demás elementos de la ópera». El personaje está presente en el escenario en todo momento, por lo que «todos los demás tenemos que darle apoyo, al mismo tiempo que damos libertad a la soprano» para que sea ella la que marque, en cierta medida, la pauta de la interpretación. El canario Jorge de León y el kosovar Rame Lahaj se alternan en el papel de Pinkerton, que definen como «el malo de la película».

Éxito seguro

Tras un desastroso estreno en 1904, que tuvo más que ver con un boicot organizado entre el público por motivos diversos que con la calidad musical de la partitura, «Madama Butterfly» no ha hecho más que cosechar éxitos. Más allá de la historia personal de la protagonista, la obra de Puccini puede verse como una crítica al modelo colonial que ya se estaba desmembrando, pero también abona numerosos tópicos sobre Japón y sobre el papel de la mujer que chirrían si se mira la ópera exclusivamente con ojos del siglo XXI.

Esta dicotomía explica en buena parte el éxito de la partitura. Quizás la mejor ilustración sea el fenómeno de la soprano nipona Tamaki Miura (1884-1946), que se hizo suyo el personaje principal con notable éxito dentro y fuera de su país. Ya durante la segunda guerra mundial, el gobierno nipón vio en ella y en la ópera de Puccini una vía para reclamarse como víctima de la coyuntura internacional. Esto no obstó, paradójicamente, para que una vez acabada la guerra -bombas atómicas mediante-, los norteamericanos programasen sin problema la obra como propaganda de la cultura de occidente en el país oriental.

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