MÚSICA ANTIGUA

Arcangelo: excelente debut en Barcelona

El grupo aclaran en la capital catalana su éxito merecido

Arcangelo, en una imagen reciente ABC

Pep Gorgori

El ensemble Arcangelo, todo un fenómeno de la nueva hornada británica de la interpretación de música antigua, debutaba el pasado miércoles en Barcelona. En tan solo ocho años, el grupo ha grabado más de veinte discos, y ya ha ganado un premio Grammy . Llegaron, pues, a la capital catalana con el deber moral de demostrar que se trata de un éxito merecido y explicar en qué está basado.

Ambas cuestiones quedaron más que aclaradas en el «Concerto Grosso» HWV 315 de Händel y el concierto para dos violines RV 522 de Vivaldi. Arcangelo es un grupo formado por intérpretes de primer nivel, con una sólida formación y que recogen el legado de la escuela británica de la segunda mitad del siglo XX con una mirada renovadora pero sin estridencias, bajo la dirección de Jonathan Cohen.

Una afinación tan perfecta que casi causa dolor en los tímpanos, una ornamentación cuidada y unos ataques de una claridad y precisión pasmosas, son las marcas de la casa. Mención especial merecen los violinistas Louis Creach y Tuomo Suni, que ofrecieron una verdadera lección magistral con su interpretación de Vivaldi. Desde un discreto segundo plano, en el continuo, el laúd de Thomas Dunford se hizo notar con un despliegue de recursos para subrayar en cada momento la expresividad de cada una de las piezas presentadas. Todo un lujo contar con alguien como este monstruo a la retaguardia.

El grupo venía acompañado por la soprano húngara Emöke Baráth y el contratenor holandés Maarten Engeltjes . La primera luce una preciosa voz oscurísima, en las antípodas de lo que se estila habitualmente a la hora de escoger cantantes para la pieza de Pergolesi. Con ese color, el lamento de la Virgen sonó más terrenal y menos etéreo, en una propuesta estética no apta para todos los gustos pero francamente reveladora y de corrección impecable. Una cierta inseguridad y inconsistencia en los graves a la hora de abordar el «Silete venti» de Händel es lo único que puede reprochársele.

A su lado, el contratenor exhibió una voz potente, brillante y metálica, pese a ello bien empastada con la soprano, cosa que no es fácil de lograr con dos timbres tan opuestos. Juntos acallaron las persistentes toses del público en momentos tan íntimos como el «Quando corpus morietur» o «Fac ut ardeat», fragmento de Pergolesi que ofrecieron como propina al final del concierto.

Música: G. B. Pergolesi, G. F. Händel, A. Vivaldi. Intérpretes: Arcangelo; E. Baráth, soprano; M. Engeltjes, altus. Dir: Jonathan Cohen. Lugar: L’Auditori, Barcelona. Fecha: 16-1-19

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