Doce empleados de Metro de Barcelona, afectados por la exposición al amianto

Los casos detectados hasta ahora, que previsiblemente aumentarán, no revisten gravedad

Decenas de usuarios subiendo al Metro de Barcelona en una imagen de archivo INÉS BAUCELLS

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Doce trabajadores de Metro de Barcelona tienen alteraciones en la pleura , una afectación benigna que no requiere ningún tratamiento médico, causadas muy probablemente por su exposición al amianto o alguno de sus derivados que se hay en algunas de sus instalaciones y trenes . Los casos, que previsiblemente seguirán aumentando, se han diagnosticado tras la revisión médica especializada que la compañía está realizando a unos 800 empleados del suburbano barcelonés para encontrar secuelas de quienes han podido tener durante su vida laboral contacto con fibras de este mineral.

En concreto, nueve de los casos son engordes de la pleura, dos son placas pleurales no calcificadas y una placa pleural calcificada. Fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) han remarcado este miércoles en un comunicado que “ninguna de ellas presenta patología grave ni sintomatología clínica y tampoco han requerido tratamiento médico” más allá de un control médico periódico más intensivo.

El engorde de la pleura, la afectación más frecuente de quienes han estado en contacto con el amianto, es una anomalía benigna y puede aparecer a entre el 3 y el 14 por ciento de las personas expuestas. Aunque no incapacita ni comporta cuidados especiales, sí que requiere de un control médico sistemático. Todos los casos detectados en el programa especial de vigilancia de la salud han sido derivados al Servicio de Neumología del Hospital Vall d’Hebron para que tengan un seguimiento de su afección, que no incrementa el riesgo de sufrir cáncer.

No se descartan más casos

A día de hoy todavía quedan unos 200 trabajadores más (los que han estado trabajando en algún lugar del suburbano en el que hayan tenido una potencial exposición a las fibras de amianto) por someterse a las pruebas del programa especial de vigilancia de la salud y la empresa ve “previsible que la cifra de casos aumente ”. Los reconocimientos que TMB inició en noviembre eran voluntarios.

Desde que TMB amplió el pasado mes de noviembre el programa especial de vigilancia de la salud tras detectar amianto o derivados en sus instalaciones y en algunos vagones, unos 600 trabajadores se han sometido a las pruebas, que consisten en un estudio médico mediante una tomografía axial computerizada de alta resolución (TACAR), una técnica de diagnóstico por la imagen más sensible que la radiografía de tórax. Hasta ahora, en ningún caso se ha encontrado una patología grave, como podría ser un cáncer de pulmón.

Paralelamente la compañía ha estado analizando sus trenes más antiguos, más de 200, para analizar las muestras de pintura antirruido de las cajas y bastidores de los convoyes y se había detectado la presencia del amianto en 94 de ellos . Desde la dirección de la empresa puntualizaron que la sustancia detectada era en concreto un derivado del mineral en cuestión que no desprende fibras y está bien localizada, por lo que no supone ningún riesgo para los usuarios ni para los empleados.

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