Colau se gasta 47.000 euros al mes en vigilancia en el Born CC

El Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau gasta unos 47.000 euros de media al mes en servicios de vigilancia en el Born Centre Cultural (Born CC) y su edificio anexo. Según datos extraídos de la Cuenta General de 2015 de Foment de Ciutat, entre julio y diciembre del año pasado, el consistorio destinó 258.473,50 euros en seguridad a este equipamiento cultural.

De hecho, a finales de julio, justo cuando la alcaldesa de BComú llevaba poco más de un mes al frente del Ayuntamiento, el Born CC firmó un contrato con Begues Seguridad S.L., una empresa que ofrece seguridad y vigilancia uniformada y equipada y controles de accesos, por dos años por un importe de 1.134.073,71 euros. El contrato, además, es prorrogable a otros dos años.

El coste mensual de este servicio varía en función de los días y también de las horas nocturnas y/o festivas hechas por el personal de seguridad, que realizan trabajos específicos cuando se celebra algún evento en el equipamiento cultural. En noviembre pasado, por ejemplo, la empresa de seguridad hizo 2.734 horas, casi 500 de las cuales fueron en horario nocturno.

El grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona lamenta este elevado coste. «Colau sigue la estela de Trias, gastando en dos años 1,1 millones de euros en vigilancia privada para el Born, un equipamiento al servicio de la estelada», según denuncia su presidente, Alberto Fernández.

Millones enterrados

Para el líder popular, el Born CC se ha convertido un espacio «al servicio del independentismo con la complicidad de Colau» y que está resultando «muy caro para todos los barceloneses». Fernández lamenta que en este «mausoleo al independentismo se entierran millones de euros públicos». En esta línea, el PP recuerda que, además del gasto en seguridad, el proyecto de remodelación costó 74 millones de euros y su mantenimiento los dos primeros años después de su estreno llegó a los 6,5 millones de euros.

Ada Colau ha mantenido los servicios de seguridad privada en el centro cultural de Ciutat Vella a pesar de que cambió la filosofía y sentido del espacio, que tras su remodelación se había convertido en una sede de propagación del independentismo. La alcaldesa anunció que quería una nueva línea museística para el centro, pero ésta todavía no está del todo concretada.