Ángel González Abad - Los martes, toros

Toros en la Cataluña Norte

Falta un mes para que comience la Feria de Ceret, un punto de encuentro para muchos aficionados españoles por la integridad y culto al toro

La Cataluña feliz del ideario del hijo del abuelo Florenci repudió las corridas de toros como algo ajeno a sus gentes y a sus tradiciones. Pero antes y después, había y hay una Cataluña real. La de antes con menos ataduras identitarias, la de ahora... También existe una Cataluña Norte, por encima de la frontera de los Pirineos, que vive sin complejos sus señas de identidad, y entre ellas la Tauromaquia.

En Ceret, sus apenas ocho mil almas se sienten catalanes sin renunciar a nada, y menos a su tradición taurina, que reviven cada año en una feria y en una plaza que respira catalanismo por los cuatro costados. Nadie repudia en esa población algo que se remonta siglos atrás, algo que les identifica, algo que les satisface y algo que quieren seguir manteniendo.

Falta un mes para que comience la Feria de Ceret, un punto de encuentro, además, para muchos aficionados españoles por la integridad y culto al toro que se vive en su plaza, y un punto de destino, también, para esa resistencia taurina catalana, que tiene en Ceret uno de los lugares de acogida en ese éxodo que se repite cada temporada.

El próximo viernes, en la sede barcelonesa de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, los responsables de la entidad de aficionados que organiza la feria de Ceret presentarán los festejos a la afición catalana como un gesto de solidaridad con quienes están privados de la libertad de ir a los toros.

Los carteles de este año anuncian para el sábado 14 de julio toros de San Torcato para Fernando Robleño, Javier Cortés y Juan Leal. Al día siguiente, sesión doble. Por la mañana, novillos de María Cascón y Raso Portillo, para Ángel Jiménez, Aquilino Girón y Máxime Solera. Y por la tarde, toros de Juan Luis Fraile,para Octavio Chacón, Joselillo y Gómez del Pilar.

La cita del mes de julio vuelve a ser Ceret. Y allí estarán muchos de los aficionados catalanes que se baten el cobre desde hace años por la Fiesta, y también esos otros aficionados que en Ceret se sienten libres y que en su Cataluña feliz esconden sus sentimientos, digamos que "por si acaso".

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