Un aspecto de la Plaza Mayor de Vic, capital de Osona
Un aspecto de la Plaza Mayor de Vic, capital de Osona - INÉS BAUCELLS

Osona: viaje al corazón del separatismo

La comarca es «territorio prohibido» para el constitucionalismo, donde partidos como el PP y Cs no tienen presencia

VIC (BARCELONA) Actualizado: Guardar
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«Mi padre era de Fuerza Nueva, uno de mis hermanos es del PSAN, yo soy independentista...». Así define a Osona, la comarca más secesionista de Cataluña, Ramon, vecino de Sant Pere de Torelló (Barcelona) y tío de Marta Rovira, la número dos de ERC.

En Osona se repartieron, en 2015, las últimas elecciones municipales, 448 concejales. Cs no presentó ninguna lista. El PP apenas coordina a un pequeño grupo de militantes, con cero regidores en toda la comarca (y poco más de 1.000 votos). El PSC sobrevive en retirada (80 ediles en 2007, 60 en 2011 y 34 en la actualidad) y cuenta solo con un concejal en Vic, que forma parte del gobierno tripartito local con el PDECat y Unió.

Y Podemos... no ha llegado (aún) y no se le espera.

Josep tiene 87 años, vive en Vic y pasea por su plaza Mayor llena de banderas «esteladas» que le dan colorido y acompañan a un gran contador hacia atrás patrocinado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Son los segundos, minutos, horas y días que faltan

Roda de Ter
Roda de Ter - I. B.

para llegar al 1 de octubre. Esta es la fecha que Carles Puigdemont, al frente de la Generalitat de Cataluña, ha señalado como momento decisivo en la historia de Cataluña: el día del referéndum de autodeterminación. No importa, en este caso, que sea una consulta ilegal. Josep lo tiene claro: «Peor no podemos estar. Hemos de probarlo».

Guardián de las esencias

En Cataluña, actualmente, se vive una triple fractura. Si se sobreponen tres mapas, uno lingüístico (español-catalán), otro económico (rico-pobre) y uno más, territorial (campo-ciudad/costa), se enfrentan varias Cataluñas. La comarca de Osona, pese a pertencer a la provincia de Barcelona (aunque tiene tres municipios en Gerona), mantiene el honor oficioso de ser el guardián de las esencias del independentismo. Habla catalán, crece a un ritmo económico por encima del global autonómico y es (pese a su industria y sus servicios, que concentran el 90% de los puestos de trabajo) el campo catalán por antonomasia. Su capital, Vic (40.000 habitantes), forma parte del corazón nacionalista junto a Berga, Solsona, Manresa e Igualada, las ciudades de la Cataluña central.

Miquel Vilalta ha sido el único concejal del PP en Manlleu (segunda ciudad de Osona con 20.000 habitantes) en toda su historia. Fue entre 2003 y 2007. Su hijo es independentista, su hermana del PDECat. «Ahora está la cosa política más tranquila. Para el 9-N de 2014 se tensionó mucho más a la gente. En estos momentos, los radicales son los que dirigen los partidos, los que tienen cargos, pero la ciudadanía está enfriándose, lo del 1 de octubre no lo ven claro», asegura Vilalta, ya retirado de la política activa.

En Osona viven 155.000 personas en 50 municipios. Es el 2,1% de toda Cataluña y genera el 2% del PIB autonómico (según un informe del Observatorio Socioeconómico de Osona, 2016). Tiene una tasa de paro similar a la media catalana y está a una hora de Barcelona en coche.

La comarca se situó en el mapa político capitalino el 13 de diciembre de 2009. Entonces, en 35 poblaciones de la comarca se celebró una consulta independentista (de un total de 166 localidades que las organizaban ese día). Osona tomaba el relevo de la consulta de Arenys de Munt (Barcelona) que había impulsado la CUP unos meses antes desde el ayuntamiento y que son el germen o punto de partida de la situación actual.

Desde entonces, el recuerdo está presente en el paisaje. «Podemos ser todo lo que queramos». Roda de Ter (5.500 habitantes) es el ejemplo. Una bandera «estelada» en cada rotonda que da acceso a la villa, un cartel que indica que es un municipio adherido a la Associació de Municipis per la Indepèndencia (AMI), un gran mural evocando a Francesc Macià a un lado del río Ter, una gran bandera independentista que cubre el lomo de un edificio de varias plantas al otro lado del puente y carteles por la república catalana en los colegios. El consistorio es unánime en estos temas. Hay tres grupos: una formación local, CiU y ERC. Gobiernan juntos.

«La oposición no existe»

Pero si en Osona hay un municipio unánime ese es Sant Pere de Torelló. Once concejales, todos de una marca blanca de ERC. En el balcón del edificio consistorial solo ondean la bandera del pueblo (2.400 habitantes) y la «estelada». Su alcalde es Jordi Fàbrega y su éxito electoral se basa en que en 2015 los 1.115 votos emitidos en su ciudad fueron a parar todos a él. No había otra lista. En 2011, ERC se llevó 10 concejales y CiU, uno. Fàbrega proviene de ICV-EUiA, es alcalde desde 1999 y regidor desde 1991.

«La oposición no exite en el pueblo. No sé qué haremos cuando Jordi lo deje», señala el tío de Rovira ladeando la cabeza. Ramon cuenta orgulloso que pertence a una familia que tiene ahora a su sobrina, Marta (nacida en Vic), en la sala de máquinas del independentismo y que esto no es incompatible con que el abuelo de la número dos de ERC fuera alcalde franquista del pueblo.

Sobre la actualidad, contundente: «No nos dejan votar porque tienen miedo. Nosotros, los independentistas, no fallaremos. Somos diferentes a los españoles. Tenemos una cultura y una lengua distintas. Los dos millones que votamos el 9-N volveremos a ir a las urnas el 1 de octubre». En el bar, frente a la iglesia, cuya fachada es de mediados del siglo XVIII, está puesta la televisión: se ve Cuatro, y se lee la prensa deportiva.

Fàbrega también tuvo su explosión mediática. Es, de hecho, el representante independentista de manual y sus unanimidades consistoriales se lo permiten. En julio de 2010 declaró al municipio independiente de España y «moralmente excluido del ámbito de la Constitución española». En 2012 instó al Parlamento de Cataluña a que «asumiera unilateralmente su soberanía nacional» y volvió a declarar el municipio «territorio catalán libre» de España. Para esta votación, el pueblo se llenó de medios regionales (no faltó TV3, claro) y estuvo acompañado de dirigentes de ERC como Joan Puigcercós y el ahora secretario de Economía de la Generalitat, Pere Aragonès. A primeros de este año, 2017, Fàbrega firmó un bando poniéndose a disposición de la Generalitat para todo lo que hiciera falta en relación a la celebración del referéndum ilegal.

«Antes nos tiraban pintura»

A Osona (91,93%) solo la superó en voto afirmativo el 9-N la comarca gerundense de Pla de l’Estany (92,66%). Ninguno de los 50 municipios osonenses estuvo por debajo del 85% de voto afirmativo a la independencia y 14 superaron el 95%.

Vilalta radiografía al porcentaje de personas que no sale reflejado en estas cifras: «La gente que tiene empresas, por ejemplo, prefiere callar y no manifestarse en contra de la secesión. ¿Por qué no ha habido nunca una manifestación a favor de España en esta comarca? Yo, personalmente, no he tenido muchos enfrentamientos, pero antes nos tiraban tomates, pintura. Si el PP hacía un acto o una cena, algunos que venían entraban por puertas traseras de los locales o esperaban a venir después de que la prensa se hubiera ido. Ahora estamos mejor».

El alcalde de Tabérnolas (300 habitantes), Carles Banús (PDECat), ha tenido su minuto de gloria esta semana al anunciar que no se daba por enterado de la carta que el Gobierno le había enviado –como al resto de municipios de Cataluña– para recordarle que, como servidor público, debe cumplir siempre la ley, también el 1 de octubre. En Tabérnolas solo luce la «estelada» en su ayuntamiento. Y una placa que reza: «En memoria de los defensores de la patria» (11 de septiembre de 2011). Desde la puerta del consistorio se divisa la plana de Vic. Es otra Cataluña a la que se respira en la capital de la provincia.

Osona fue hace un par de años la comarca en la que más ayuntamientos (diez) pusieron en marcha el absurdo (e inoperante) boicot fiscal promovido por las entidades civiles secesionistas, que consistía en pagar los impuestos municipales en la hacienda autonómica negándose, así, a tratar con la hacienda nacional. Lo que parece que desconocían estos alcaldes es que las administraciones se traspasan automáticamente entre sí los impuestos que reciben y no gestionan.

En Vic vive Andrés. 43 años, colombiano y los últimos 16 en Cataluña: «Los jóvenes solo quieren trabajo, un coche, un buen móvil y poder gastarse el dinero en sus cosas. El resto de temas les da igual».

Sin embargo, tiene calado el discurso economicista. «Todo se reduce al dinero», señala; y añade: «Los de aquí y los de allí (por Madrid) tratan a los catalanes como tontos. Los de aquí sacarán urnas, panfletos, papeletas... y todo a nuestro coste. Pero si vas al centro de atención primaria, te hacen pagar por todo o no te dan las medicinas que necesitas porque son caras. Y luego están los de allí (por Madrid), que solo quieren nuestro dinero. Aquí tenemos unas carreteras malísimas, pero en Andalucía o Castilla, buenas. Deberían dejarnos el dinero. Hay politiqueo para que olvidemos lo importante».

Ahora hace seis meses, la ANC y Òmnium Cultural politizaron la cabalgata de los Reyes Magos de Vic. Hicieron un llamamiento a la ciudadanía, aprovechando que TV3 había escogido la cabalgata real de esta ciudad para retransmitirla por televisión, para que acudieran con «esteladas», las colgasen de los balcones y las ventanas y, así, que sus majestades los Reyes Magos pudieran pedir «que en el 2017 nos traigan la república catalana». No faltaron los polémicos farolillos con la forma de la «estelada». La iniciativa no fue un gran éxito.

Piedra angular

El objetivo del nacionalismo es colonizar todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, religiosa, deportiva y política.

Osona es la piedra angular del separatismo y cuna de próceres de la actualidad. Es la fuerza que empuja a la Cataluña catalana frente a la Cataluña cosmopolita. Es un laboratorio por explorar. Su victoria es convertir Barcelona en una gran Vic. Aquí nacieron en el siglo XIX Jaime Balmes y Jacinto Verdaguer, y caló ondo el carlismo, que en cierta manera sigue impregnando toda la vida social. Ahora venido a menos, Josep Anglada sigue sentado como edil en Vic liderando un partido xenófobo. Su experiencia se limitó, básicamente, a Osona y a algunas localidades del litoral. Todo su voto fue a costa de CiU.

El consejero de Justicia, Carles Mundó (ERC), nació en Vic y fue concejal en Gurb (2.500 habitantes). Marta Pascal, coordinadora general del PDECat, es de Vic. Aunque en los últimos días venida a menos –por el caso de la salida del consejero Baiget del gobierno autonómico–, todo indica que está llamada a tener cargos de más responsabilidad en el futuro. De Vic también es Francesc Homs, condenado por desobedecer al Tribunal Constitucional por el 9-N. Vive en Taradell (6.000 habitantes). En marzo, tras llegar de Madrid, una vez perdida su acta de diputado, un centenar de paisanos le dieron «una sorpresa» presentándose a las puertas de su casa para darle todo su apoyo.

El 1 de octubre está a la vuelta de la esquina. En la plaza Mayor de Vic tienen la cuenta atrás y lo entrelazan con lemas de esperanza: «Haz historia. Nunca caminaremos solos. Haz asamblea. Llenemos los balcones con los colores del sí. El cambio eres tú». Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la frase más compartida por la ciudadanía es que «la gente está cansada». El secesionismo no romperá España, pero el nacionalismo no desaparecerá de Cataluña mientras su corazón palpite como lo hace en Osona.

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