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INES BAUCELLS

La CUP empata al decidir sobre Mas y mantiene su investidura en el aire

Los antisistema saldan su asamblea con 1.515 votos a favor de Mas y 1.515, en contra. El Consejo Político del partido decidirá qué hace el 2 de enero

BARCELONA Actualizado: Guardar
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No pudo elegir mejor escenario la CUP para celebrar la asamblea en la que sus militantes y simpatizantes debían decidir sobre la investidura de Artur Mas. Una pista de atletismo, la cubierta de Sabadell (Barcelona). Un lugar donde si completas el recorrido acabas en el mismo sitio dónde empezaste.

La asamblea de los antisistema acabó esta noche, tras tres sucesivas rondas de votaciones en las que se iban descartando los cuatro escenarios iniciales a votar -dos, a favor de Mas; dos, en contra- con un perfecto empate. A las 20:30 horas se oficializó el esperpento: 1.515 votas a favor de la primera opción, investir a Mas y aprobar el acuerdo de Junts pel Sí (plan de choque social, hoja de ruta secesionista, etc.)...

y otros 1.515 votos a favor de la segunda opción. A saber: aceptar el acuerdo con Junts pel Sí, pero no investir a Mas e instar a la coalición que forman Covergència y ERC a buscar otro candidato presidenciable. Algo a lo que hasta ahora Junts pel Sí se ha negado de plano.

Llegados aquí, los diez diputados de la CUP comparecieron al final de la maratoniana asamblea -de doce horas- y anunciaron la hoja de ruta a seguir a partir de ahora. Próxima fecha: el 2 de enero. Próxima decisión: en manos del Consejo Político del partido, el órgano que hace de intermediario entre las asambleas locales el Secretariado Nacional, y el Grupo de Acción Parlamentaria.

A partir de mañana, se empezarán a convocar reuniones territoriales para sondear la militancia y el proximo 2 de enero, el Consejo Político y el Grupo de acción Parlamentaria tomará una decisión. Un veredicto que luego deberá traducirse en cómo votan los diez diputados de la CUP en el Parlament.

«No es un problema, es un reto. El reto del debate, del acuerdo para hallar soluciones», afirmaba en una comparecencia sin preguntas el cabeza de cartel de la CUP por Barcelona en las últimas elecciones autonómicas, Antonio Baños, quien confesó que la «aritmética» del proceso soberanista es «diabólica»

Otra diputada, Anna Gabriel, integrada en la corriente Endavant, la más hostil contra Mas, se negó a hablar de resultado «ridículo» y emplazó a Junts pel Sí a «leer» el empate. Un intento de sugerir que la coalición de Convergència y Esquerra se avenga a proponer otro candidato a la presidencia.

Más allá de si el resultado puede calificarse de «ridículo», lo cierto es que la asamblea de la CUP, por su planteamiento y desarrollo dista mucho de ser el sistema óptimo para decidir el futuro de todos los catalanes.

De entrada, la investidura de Mas, y por ende el arranque de una hoja de ruta hacia la independencia que Junts pel Sí y la CUP acordaron concretar en 18 meses, dependía de unas 3.111 personas. Los militantes y simpatizantes que finalmente fueron censados en la asamblea, de los 3.577 preinscritos.

Además, el sistema de votación se prestaba a la confusión, sobre todo con las condiciones que se fueron modificando sobre la marcha. Los asamblearios debían votar entre rondas sobre cuatro posibles escenarios, resumidos en dos a favor de investir a a Mas, y dos, en contra.

Para empezar, la asamblea fue a puerta cerrada y el voto fue secreto -con urnas, no a mano alzada-, porque, según lo anunciado, así sería si al principio de la asamblea más de un 25% de los congrados lo pedía. Lo apoyaron el 42% y así se hizo ...dejando a un lado el 58% restante que pidió votar a mano alzada. A cada ronda de votaciones se iba a descartar la opción menos votada y si en una ronda alguna lograba más del 50% de sufragios, quedaría aprobada. Pero no fue así.

Primera y segunda votación

En primera ronda cayó la opción de no investir a Mas y abstenerse en su investidura y, en segunda, la de investirle pero no aprobar el acuerdo con Junts pel Sí. Ambas juntas no reunieron más de 200 votos. Quedó claro, pues, desde la primera ronda que la asamblea de la CUP se debatía entre partidarios de la primera opción -aceptar investir a Mas y el acuerdo con JpS-, que logró 1.418 votos, y la segunda: no investirlo e instar a JpS a buscar otro candidato; si no, elecciones, que logró 1.418 votos.

En la segunda ronda se reprodujo el empate técnico, aunque con el «no» a Mas por encima por menos de 50 votos, y allí llegó otro cambio en las reglas de juego. Para la tercera ronda, no se computarían los votos en blanco ni los nulos (apenas una veintena, pero claves). El resultado final: empate a 1.515.

Más de uno pensó esta noche que quien ganó la asamblea de la CUP fue Ada Colau. Si hay nuevas elecciones, Podemos podría desempatar el entuerto del «procés» a su favor. Por el camino, CiU rota, UDC desaparecida, un PSC debilitado y la CUP dividida en dos.

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