CORONAVIRUS

Unas 40 residencias catalanas, a la espera de que la Generalitat permita a la UME desinfectarlas

La situación límite en numerosos centros llevan a pedir ayuda a la desesperada para frenar el contagio entre sus inquilinos

Vista de la residencia Fundación Casa Asil, de Sant Andreu, que ha registrado 31 defunciones en quince días Efe

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Cataluña, que estos días acumula los peores datos de infectados y fallecidos por el coronavirus, tiene todas las energías puestas en descongestionar el sistema sanitario catalán para el alud de casos que se esperan y también cada vez más en encontrar una solución que corte de raíz la expansión del virus en las residencias de ancianos. Las últimas cifras confirmadas por la Consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, de hace tres días, situaban en 487 los usuarios infectados de estos centros, más del doble que hace seis días, cuando eran 212. Aunque la Generalitat está reforzando su trabajo en los centros , el grito de alarma es cada vez más alto y los afectados buscan otras vías de ayuda.

En este sentido, ayer se supo que unos 40 centros han pedido ayuda urgente y están a la espera de que la Generalitat autorice la entrada del Ejército para que los desinfecte. Según Efe, la Delegación del Gobierno está llevando a cabo gestiones con Asuntos Sociales y los ministerios implicados para poder desencallar la situación. Fuentes del Govern se limitan a explicar que ya han permitido sus servicios en 17 municipios y que «no tenemos más información de la programación de desinfección de la UME», por lo que han requerido información a la Delegación.

Situación crítica

Mientras, los casos dramáticos se han ido esparciendo por todo el territorio catalán. Inicialmente preocuparon los de dos centros residenciales de Olesa de Montserrat y Capellades, cerca de la zona de Igualada (Barcelona), que acumulan al menos 18 fallecimientos cada uno, lo que llevó a la Fiscalía a abrir una investigación .

Tras ellos, han ido apareciendo otros llamamientos desesperados de ayuda, como la Casa Asil de Sant Andreu de Barcelona, con 31 fallecidos, una residencia de Parets del Vallès (Barcelona) con nueve muertes, y otra de Lérida, con ocho internos fallecidos en las últimas horas. En muchos casos todavía no se han podido vincular las defunciones con el coronavirus. La situación desesperada está llevando a que tanto las propias direcciones, como plantillas implicadas, familiares o incluso gobiernos locales estén pidiendo ayuda.

Esto es lo que precisamente hicieron anteayer los alcaldes de la Conca d'Òdena , que tienen cuatro centros residenciales y exigen un plan de contingencia específico para los equipamientos ubicados en la zona confinada. Paralelamente, en Igualada se está ultimando una residencia medicalizada, que tenía que inaugurarse a finales de mes y que por la crisis, lo hará finalmente la semana que viene, con habitaciones equipadas por si hace falta tratar a ancianos infectados.

También en las últimas horas el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) ha reclamado a la Generalitat «una solución inmediata a la desesperada situación» de una de sus residencias, que en las últimas horas registró cuatro muertes. Allí, la mitad de los residentes están aislados preventivamente y el 65 por ciento de los empleados están afectados por el virus, con lo que la situación es crítica.

Por otro lado, ayer salió a la luz que la Generalitat ha tenido que intervenir una residencia en Sant Adrià del Besòs (Barcelona) por su delicada situación. «El actual equipo directivo ha renunciado a sus obligaciones», argumentaron en un comunicado desde Asuntos Sociales. Después de que más de la mitad de la plantilla faltara al trabajo y con 14 de los 20 internos con síntomas de Covid-19, el gobierno autonómico ha dotado el centro de un nuevo equipo gestor, y de más personal. Lo mismo hizo la semana pasada, y por motivos similares, en un geriátrico de Valls (Tarragona).

Más allá de estos dos episodios, el Govern no ha tomado las riendas de ninguna de las otras 1.073 residencias, aunque –también según cifras de hace tres días– existían 119 centros con positivos entre sus inquilinos. «Estamos removiendo cielo y tierra» para dar solución a sus problemas, argumentaban a ABC desde el departamento.

Ada Colau: «No hay tiempo»

Algunos ayuntamientos han empezado a actuar por su cuenta. En Barcelona, por ejemplo, saltaron todas las alarmas tras conocerse 31 muertes en quince días en la residencia de Sant Andreu. A partir de este caso el Ayuntamiento se activó y el pasado viernes exigió al Govern un plan de actuación urgente en estos centros. Desde domingo, el Consistorio está estudiando, junto a Médicos sin Fronteras y los Consorcios Sanitario y de Servicios Sociales de Barcelona –en los que participa la Generalitat–, cómo conseguir más plazas para atender a personas mayores, que por su vulnerabilidad necesitan instalaciones especiales. Así, hoy se empezará a agrupar a contagiados en «clínicas temporales», montadas en equipamientos municipales o plazas hoteleras.

«No queda tiempo. La emergencia es para ahora. Exigimos más celeridad» , clamó de nuevo ayer Ada Colau. Según datos municipales, Barcelona tiene al menos un caso en 162 de las 255 residencias y de las 382 personas fallecidas en Barcelona desde el 15 de marzo, 91 vivían en residencias, aunque no se sabe cuántos de ellos tenían el Covid-19.

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